¿Qué significa sonido?
[so-ni-do] [soˈniðo]
Palabra derivada del latín sonĭtus, por analogía prosódica con ruido, chirrido, rugido, etc.
Diccionario
sonido
- [masculino]. Sensación que el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, excita en el oído.
- Valor y pronunciación de las letras.
- Significación y valor literal de las palabras o de los términos. Atenerse al sonido de las palabras.
- [sentido figurado]. Noticia, fama, rumor público.
§ Sonido claro. [medicina]. Sonido producido por la percusión del pulmón sano.
§ Sonido en relieve. [acústica]. Véase Estereofonía.
§ Sonido estereofónico. Véase Estercofonía.
§ Sonido mate. [medicina]. Sonido producido por la percusión de una parte maciza, llena de líquido o consolidada.
§ Sonido radical. [música]. Véase radical.
§ Sonido timpánico. [medicina]. Sonido parecido al que se produciría por la percusión de un tambor, observada en el enfisema pulmonar, en la dilatación abdominal por gases, etc.
§ Sonidos altos. [música]. Expresión vulgar con la que se alude a los sonidos agudos y sobreagudos. Véase Índice acústico.
§ Sonidos armónicos. [acústica]. Aquellos cuyo número de vibraciones son entre sí como la serie natural de los números enteros.
§ Sonidos estables. [música]. Calificación aplicada en la antigua Grecia a los sonidos extremos de los tetracordos separados invariablemente por una cuarta justa.
§ Sonidos afines. [acústica]. Dícese de aquellos que tienen armónicos comunes. Cuantos más armónicos coincidan mayor será la afinidad.
§
- Sonidos reales. [música]. Denominación que alude a la manera de producir los sonidos. En la voz masculina son sonidos reales los emitidos naturalmente, es decir, de pecho, y no los de falsete o cabeza.
- [música]. Los no doblados por otra voz o instrumento.
- [música]. Sonidos que produce un instrumento transpositor y que son diferentes de los escritos. [definición académica].
sonido
Más información.— Aun cuando se acepte como sonido tanto el medio mecánico que lo ocasiona como su aprehensión por el oído, físicamente considerado es un movimiento vibratorio originado en un cuerpo, que se transmite a través de medios materiales elásticos y que, al llegar a nuestro oído, nos produce la sensación fisiológica del sonido. Al entrar un objeto en vibración pone en movimiento el aire que lo circunda, creando unas zonas de presión y enrarecimiento llamadas ondas sonoras; éstas se propagan de una manera parecida a como lo hace la serie de anillos concéntricos que se forma en la superficie de un estanque de aguas quietas cuando a él se arroja una piedra. Las ondas sonoras son esféricas, se propagan siempre al mismo ritmo o frecuencia que la vibración que las originó, excepto en aquellos casos en que el órgano productor del sonido esté en movimiento (efecto Doppler; véase Doppler), y pierden amplitud o intensidad en relación al cuadrado de la distancia. Se demuestra que el sonido es consecuencia de una vibración haciendo sonar una campana; si con el dedo la tocamos amortiguando las vibraciones, el sonido cesa en el acto. Se prueba asimismo que necesita de un elemento material para propagarse, encerrando el timbre en una máquina neumática; al hacer el vacío, deja de haber sonido. Todos los materiales elásticos, como son la mayoría de los metales, la madera, el aire, el agua, etc., transmiten las ondas sonoras a velocidades generalmente superiores a la de la atmósfera. En el aire, la velocidad de propagación es de 331,8 metros por segundo a la temperatura de 0 °C, aumentando aproximadamente en 0,6 metros por grado de aumento. Influyen mucho en la propagación las condiciones climatológicas, velocidad del viento, humedad ambiente y presión atmosférica. Los sonidos que, por ser abruptos, estridentes, faltos de regularidad o de ritmo, causan una sensación desagradable, se clasifican como ruidos. Se aprecian en el sonido tres cualidades distintas, que son: tono o altura, intensidad o amplitud y timbre o característica. El tono o altura de un sonido viene definido por el número de vibraciones o frecuencias de la onda sonora, frecuencia que depende a su vez de la longitud de la onda; cuanto más corta es una onda, mayor es su frecuencia. Esta particularidad del sonido (relación entre la frecuencia y la longitud de las ondas) se aplica en los instrumentos musicales para obtener las distintas notas. Así, en los instrumentos de cuerda (piano, arpa, etc.) cada nota o tono corresponde a cuerdas de distinta longitud. En los instrumentos de viento, no hay cuerdas sino una columna de aire, más o menos larga según el instrumento de que se trate.
La variación de tono de estos instrumentos dentro de los límites permisibles por la longitud total del tubo, se logra por medio de perforaciones dispuestas convenientemente a lo largo del referido tubo. Estos agujeros, que pueden cerrarse o abrirse a voluntad, prolongan o acortan la columna de aire, es decir, determinan la longitud de onda que en un momento dado puede producirse y, por ende, la nota musical que se emitirá.
La unidad de frecuencia es el hertzio, equivalente a una vibración o ciclo por segundo. La gama de frecuencias audibles para el género humano, comprende desde los 16 hasta los 30.000 ciclos por segundo, si bien es más reducida en los sonidos débiles y sus límites varían de un individuo a otro y se modifican con la edad. El oído no tiene la misma capacidad de audición para todas las frecuencias, siendo su sensibilidad mayor en el rango comprendido entre los 400 y 3.500 ciclos por segundo. La mejor forma de comprender las diferencias de tono o altura de los sonidos, incluyendo la voz humana, es estudiando los instrumentos musicales, ya que en sus distintos tipos se utilizan casi todas las formas generadoras de sonido y son capaces de producir, en nota fundamental o armónicos, prácticamente todo el espectro auditivo. El sonido musical se caracteriza por su suavidad y por su vibración uniforme, sostenida hasta su terminación. De todos los instrumentos musicales, solo tres abarcan la gama completa de notas fundamentales, y son: el órgano, el piano y el arpa. Todos los demás pueden producir sonidos de solo parte del espectro musical. Así, el contrabajo produce notas graves o de baja frecuencia, y la flauta y el violín, agudas o de tono alto. La gama completa de frecuencias audibles puede producirse y medirse con la rueda de Savart y la sirena, y con ambos aparatos pueden precisarse asimismo los límites auditivos de cada persona. La intensidad o amplitud es el volumen con que el sonido afecta a nuestro oído y, en realidad, es la amplitud de la onda sonora. La unidad de medición de la intensidad sonora es el belio, si bien comúnmente se utiliza su décima parte, o sea el decibelio; tres decibelios es la mínima diferencia de intensidad que el oído es capaz de percibir. La intensidad del sonido se mide mediante micrófonos acoplados a indicadores visuales u osciladores gráficos que imprimen las variantes de volumen sobre una banda circulante de papel. Los sonidos muy débiles son inaudibles por falta de sensibilidad auditiva, y los muy fuertes o ruidos muy intensos, producen una sensación dolorosa, pudiendo provocar en ciertos casos la rotura del tímpano. El timbre o característica constituye lo que podríamos denominar personalidad de un sonido, y por ella los identificamos.
Todo sonido armónico lleva siempre asociadas, en mayor o menor grado, a su frecuencia propia, otras frecuencias, siempre múltiplos de la fundamental, que son las que le dan su timbre o característica. Comprenderemos fácilmente este fenómeno analizando lo que ocurre al tocar el violín. Si frotamos con el arco una cuerda, la misma entra en vibración, y su frecuencia (sin tocarla con los dedos) depende de su grosor; pero, al mismo tiempo que vibra la cuerda como unidad, también entra en vibración su mitad, su cuarta, su octava parte, etc. La vibración de la mitad corresponderá al segundo armónico, siendo su frecuencia doble que la fundamental; la vibración de la cuarta parte, al cuarto armónico, siendo su frecuencia cuádruple, y así sucesivamente. Armónicos superiores al cuarto contribuyen ya poco en la identificación del generador del sonido. El sonido puede "conducirse" como ocurría en los antiguos teléfonos acústicos, en los que la palabra se transmitía por un tubo de goma de largo variable; también pueden reflejarse si, en su desplazamiento libre por el aire u otro medio, encuentran un obstáculo. Cuando la percepción del sonido reflejado es posterior a la del original, sin interferencia entre ambos, tiene efecto el fenómeno denominado eco. Si la superficie reflejante es dura, prácticamente no hay absorción, con lo que el ángulo de reflexión viene a ser igual que el de incidencia y se pierde intensidad únicamente por la distancia. En terrenos accidentados, como hay muchos rebotes, el eco se va reproduciendo indefinidamente mientras la onda sonora conserva intensidad suficiente. En el caso del trueno, a pesar de que el sonido original es un chasquido seco, casi instantáneo, la superposición de ecos repetidos produce el ruido retumbante y prolongado que todos conocemos.
Si la superficie reflectora está cerca, como en locales cerrados, la onda reflejada se sobrepone a la original reforzándola, pero restándole definición. A esta particularidad se llama reverberación o resonancia, y aun cuando este efecto da sensación de grandiosidad (por ejemplo el órgano tocado en catedrales) generalmente es desagradable y se procura evitarlo recubriendo las paredes con telas gruesas o materiales porosos que son absorbentes del sonido y amortiguan las reflexiones. Grabación y reproducción del sonido.—Desde 1878, año en que Edison inventó su fonógrafo, hasta nuestros días, el arte de la impresión y reproducción de los sonidos ha evolucionado muchísimo. Del cilindro de cera se pasó al disco, el cual, hasta el advenimiento del cine sonoro con registro fotográfico del sonido en la misma película, fue el único medio de poder registrar las interpretaciones de los grandes artistas y reproducirlas en el momento deseado. El antiguo fonógrafo de trompa es hoy casi una pieza de museo, al igual que los primeros discos de grabación acústica directa, con una gama de frecuencias reducida. A partir de los años 20, y en paralelo al perfeccionamiento de la radio, los discos se impresionaron y reprodujeron mediante sistemas eléctricos, representando un considerable adelanto en la técnica. Mas el paso decisivo tuvo lugar con la llegada del disco microsurco y el uso de la grabación magnética en cinta magnetofónica, de la cual se obtienen las matrices para el tiraje del disco moderno, algunos de los cuales exhiben una calidad extraordinaria. La fidelidad acústica se ha complementado con la ambiental en el disco estereofónico, en el que el sonido cobra relieve. Lleva impresas en el mismo surco dos pistas o canales que contienen los sonidos procedentes de dos micrófonos separados; así se captan las diferencias de fase tal como lo hacen nuestros oídos, y si se reproduce con dos altavoces situados en la misma posición relativa que los micrófonos, se percibe la procedencia o direccionalidad del sonido. Aunque a estas grabaciones se las denomine de "alta fidelidad", la fidelidad total depende de factores como la acústica del local o estudio en que se grabó y las diferencias con el lugar donde se oye, así como las propias limitaciones de los elementos mecánicos (micrófonos, grabadores, cabezales de lectura, altavoces) que introducen distorsiones y, en consecuencia, deforman el original. Respecto al cine sonoro, si bien comenzó acompañando con discos, la dificultad de sincronización indujo a desarrollar sistemas en los que el sonido se registra en la propia película, a un lado de las imágenes, llamado banda sonora. Surgieron luego procedimientos más modernos y perfectos. El "Perspecta" del cinemascopio fue preludio del sonido estereofónico magnético, empleando una sola banda sonora fotográfica que controlaba tres altavoces en la pantalla panorámica, a fin de reproducir la perspectiva auditiva. Hoy día, aunque se sigue usando la banda fotográfica, destaca el registro magnetofónico. En Todd-AO (película de 70 mm) y Cinerama (tres filmes de 35 mm) se emplean cinco o siete bandas de sonido en la misma película o en otra auxiliar, controlando cada banda un sistema de altavoces colocados no solo tras la pantalla sino en los laterales y parte posterior de la sala, reproduciendo así la dirección original del sonido con gran verosimilitud. Estos sistemas representan la máxima perfección conseguida en el difícil arte de la reproducción sonora, aproximándose en alto grado a la realidad del sonido.
Sinónimos de "sonido"
Ver más sinónimos de sonido
Posibles prefijos y sufijos:
En la palabra sonido, se identifica el prefijo son-, prefijo de origen latino que indica subordinación o sujeción. Es utilizado en la formación de palabras que expresan dependencia o subordinación a algo.
Análisis sintáctico de "sonido"
A nivel sintáctico, esta es la clasificación de "sonido" teniendo en cuenta también las posibles variantes:
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Frecuencia de uso de "sonido"
Uso en películas
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Uso en libros (hasta 1923)
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Uso en Wiktionary
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