¿Qué significa herencia?

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[he-ren-cia] [eˈrenθĭa] [eˈɾenθja]

Palabra derivada del latín haerentia, nombre propio.ural del participio activo de haerēre, estar adherido, influido en su significado por heredar.




Diccionario



herencia

  1. [femenino] Derecho de heredar.
  2. Lo que se hereda, ya sean bienes materiales, ya propiedades, o inclinaciones, costumbres, enfermedades, etc.
  3. [biología] Fenómeno biológico por el cual los ascendientes transmiten a los descendientes cualidades normales o patológicas.

§ Herencia alternativa. [biología] Herencia que resulta del cruzamiento alternativo.

§ Herencia antosomática. [biología] Herencia transmitida por cromosomas no sexuales.

§ Herencia bifactorial. [biología] Herencia de un carácter condicionado por dos pares de alelomorfos distintos.

§ Herencia citoplasmatica. [biología] Herencia que se realiza por medio del citoplasma; es predominantemente materna.

§ Herencia cruzada. [biología] Herencia de los caracteres ligados al sexo, localizados en el Crornosoma X.

§ Herencia cultural. [biología] El hombre es la única especie capaz de transmitir de una generación a otra y en forma acumulativa los resultados de su experiencia.

§ Herencia diaginica. [biología] Herencia ligada al sexo, en la que el carácter normal o patológico recesivo, se transmite al sexo femenino y se manifiesta en el masculino, como ocurre por ejemplo en la hemofilia.

§ Herencia diándrica. [biología] Herencia ligada al sexo, en la que el carácter normal o patológico recesivo, se transmite al sexo masculino y se manifiesta en el femenino.

§ Herencia directa, o inmediata. [medicina] Herencia de padre o madre a hijo.

§ Herencia disómica. [biología] Herencia que depende de la asociación de los cromosomas, en la miosis, para formar bivalentes determinados.

§ Herencia doble. [biología] Herencia de caracteres pertenecientes a los dos progenitores.

§ Herencia heteróloga. [biología] Herencia patológica que se manifiesta en los hijos de diferente modo que en los padres.

§ Herencia holándrica. [biología] Herencia que sólo se manifiesta en los varones.

§ Herencia hologímca. [biología] Herencia que sólo se manifiesta en las hembras.

§ Herencia honócrona. [biología] Herencia que supone la aparición de caracteres en la descendencia, en la misma edad en que se presentaron en los ascendientes.

§ Herencia homologa. [biología] Herencia que se manifiesta de igual manera en la descendencia que en los padres.

§ Herencia indirecta, o colateral. [medicina] Herencia de los caracteres de los parientes.

§ Herencia ligada al sexo. [biología] Transmisión de aquellos caracteres que por estar adscritos a los cromosomas sexuales, se heredan con el sexo, presentando típicas peculiaridades.

§ Herencia limitada al sexo. [biología] Herencia de los caracteres que se manifiestan únicamente en uno de los sexos.

§ Herencia materna. [biología] Herencia matroclina.

§ Herencia matroclina. [biología] Herencia en la que los descendientes se parecen más a la madre que al padre.

§ Herencia mediata. [medicina] Herencia en que la semejanza se remonta a los abuelos o antepasados más remotos.

§ Herencia mosaica, o en mosaico. [biología] Herencia en que la influencia paterna predomina en un sentido y la maternidad en otro.

§ Herencia paterna. [biología] Herencia patroclina.

§ Herencia patroclina. [biología] Herencia en la que los descendientes se parecen más al padre que a la madre.

§ Herencia plastidial. [biología] Herencia citoplasmática que consiste en la transmisión de los caracteres por los plastidios del citoplasma ovular.

§ Herencia psicológica. [biología] Disposiciones psíquicas del ser viviente, que se transmiten a los descendientes.

§ Herencia yacente. [derecho foral] Aquella en que no ha entrado aún el heredero, o que permanece indivisa.

§ Adir la herencia. Frase que significa: [derecho foral] Admitirla, aceptarla. [definición académica].


herencia

Biología. Conjunto de características de un organismo, desarrolladas a través de la acción combinada del ambiente y de los genes que se transmiten por los padres, mediante las células sexuales. La ley biológica de la herencia tiene su punto de arranque en la necesidad de la conservación de las especies.

De no llevar en sí cada semilla la norma precisa que la obliga a desenvolverse en un determinado sentido y entre unos no menos determinados límites, nadie podría predecir qué saldría de ella, y el desenvolvimiento de la vida, que ha sido armónico desde que se sintetizó la primera manifestación viva, hubiera seguido sin duda cauces muy distintos, imprevisibles y caóticos. Hoy se sabe que el mecanismo de la herencia forma un todo compacto con el genético. En cuanto dos células germinales (espermatozoide y óvulo) se fusionan en una sola (cigoto) de la que surgirá el embrión de un nuevo ser viviente, esas dos células han aportado la clave que determinará ese nuevo ser en su aspecto físico y hasta psíquico. En el caso humano este determinismo quedará compensado por los factores externos que, a su debido tiempo, envolverán al individuo y, también por su personalidad, surgida del hecho de su condición de criatura moral e intelectualmente libre. Reproducción de las células. Los cromosomas. La unidad estructural de todo organismo vivo es la célula, y cada célula posee características distintas según sea la función que realiza en el organismo al cual pertenece.

Ahora bien, las células que constituyen cada organismo pueden ser consideradas en un doble aspecto; el primero será el que las convierte en partes de un todo, en miembros especializados de una sociedad, esto es, de un organismo; el otro nos las muestra individualizadas y con una vida en cierto modo propia. La célula considerada como individuo lleva, hasta cierto punto, una vida independiente: nace, se desarrolla, se reproduce y muere.

Su independencia está restringida por un control riguroso impuesto desde un centro rector, pero no por ello deja de cumplir esas fundamentales funciones vitales. Cuando llega el momento de que una célula cualquiera se reproduce, lo hace por el proceso propio de esa unidad viviente: el núcleo celular se transforma; aparecen en él unos filamentos llamados cromosomas; la ordenación interna se modifica y sufre, por así decir, una escisión; los cromosomas se hienden y duplican (mitosis) y llega el momento en que la célula se divide en dos mitades idénticas que componen dos individuos independientes. En la totalidad de las células de un organismo, sea cual sea su misión y las transformaciones de adaptación a que ella haya dado lugar, el número de cromosomas que, al reproducirse, aparece en su núcleo, es siempre el mismo. Pero la regla se rompe cuando se trata de las células germinativas (óvulo y espermatozoide), es decir, las destinadas a producir, no células idénticas a ellas mismas, sino un organismo completo. Cuando se origina una de estas células, al contrario de lo que sucede en las otras, la célula que la produce sufre una reducción en sus cromosomas (meiosis), conservando únicamente una mitad, lo que resulta necesario, pues en aquellas la función reproductora sólo se cumplirá mediante la unión con otra célula germinativa, y con la suma de cromosomas de ambas se obtendrá el número cromosómico típico de aquel organismo y de aquella especie. Los cromosomas y la determinación del sexo. Del examen a fondo de las cromosomas de los seres sexuados se ha descubierto que hay diferencias entre los pertenecientes a uno u otro sexo. Lo mismo en unos que en otros, en sus células, cuando se aprestan a reproducirse, aparece el mismo número de cromosomas, que suelen contarse por pares en lugar de unidades. Uno de estos pares presenta, sin embargo, variaciones; en unos individuos son iguales; en otros, diferentes; esta variación determina precisamente el sexo de los individuos. Depende de la especie, ya sea vegetal o animal, que los dos cromosomas iguales correspondan al individuo masculino o al femenino. En la especie humana los dos cromosomas iguales (XX) corresponden a los seres femeninos, y los desiguales (XY) a los masculinos. Cuando en un organismo XY se forma una célula germinativa y tiene efecto la meiosis, es decir, cuando los pares se reducen a unidades, se verifica una operación selectiva en el par sexual (en los otros pares es innecesaria), por la que queda eliminado el eromosoma X o el cromosoma Y.

De quedar eliminado el cromosoma X y permanecer el Y, cuando tenga efecto la conjugación del espermatozoide y el óvulo, aparecerá el par XY. En el caso contrario, como el otro organismo complementario sólo es susceptible de aportar un cromosoma X, aparecerá la combinación XX.

Los genes. Otra función importantísima de los cromosomas es la de ser portadores de los genes. Estos son unidades pequeñísimas, insertadas en el filamento cromosómico, y a los que, precisamente, se ha confiado la dirección de la "fabricación" del nuevo ser.

Los genes contenidos en una célula son muchos y parece ser que no están situados al azar en cualquier eromosoma, sino que se hallan distribuidos siguiendo normas fijas, siendo su posición siempre la misma, como lo es la distribución de los órganos en un cuerpo. Los genes son moléculas proteicas compuestas de ácido desoxirribonucleico (ADN).

Su estructura es característica, pues están constituidos por dos filamentos espirales entrelazados. Cada filamento consta, a su vez, de cuatro bases de purina o pirimidina (en el hombre son: adenina, guanina, citosina y timina), que se suceden en orden definido y están unidas por desoxirribosa y por fosfato. El ADN regula la síntesis de las moléculas proteicas, se reemplaza la desoxirribosa por ribosa, denominándose entonces ácido ribonucleico (ARN), cuya función es transmitir el mensaje genético".

Resulta curioso que, siendo todos los genes fundamentalmente iguales, cada uno de ellos sea distinto de los demás por tener variantes en su composición química. Esta diferencia es la causa de que, al ponerse en actividad, provoquen un tipo de reacción que dará lugar a un resultado determinado. Esta reacción única que es capaz de provocar un gene, es propiamente el mensaje genético. De esto se deduce que cada filamento cromosómico es coraparable a una página escrita, o mejor a una tarjeta perforada de un ordenador electrónico, que contiene precisamente el programa de trabajo que debe realizar ese ordenador. Así es como la célula-cigoto primitiva se transforma siguiendo los programas escritos en los filamentos cromosómicos y al mismo tiempo se van combinando, mediante riguroso sistema de selección, las características genéticas (caracteres) no comunes en las células procreadoras. Este sistema de selección que determina la configuración interna y externa del nuevo ser, es el que se tiene en consideración cuando se habla propiamente de herencia biológica. Mendel y su teoría de la herencia. El primero en estudiar con seriedad y rigor científico la teoría genética de la herencia fue el monje agustino Gregor Mendel (1822-1884).

Paciente y genial, estudió durante once años, de 1853 a 1864, el comportamiento de una familia de guisantes, cruzada de dos variedades, una alta y otra enana, y anotó, en las sucesivas generaciones, en cuántos casos la descendencia daba lugar a plantas gigantes y en cuántos a plantas enanas.

El resultado fue la deducción de la existencia de dos factores hereditarios, que se combinaban siguiendo las leyes de la probabilidad. Cada uno de estos factores procedía de la madre y del padre respectivamente. Al que tenía tendencia a preponderar, lo llamó dominante y al otro recesivo; el recesivo, sin embargo, no se destruía, sino que se transmitía, generación tras generación, y se manifestaba en un momento dado, ya sea en virtud de la misma ley combinatoria, o por coincidir con genes de igual naturaleza procedentes de otro individuo, lo que aumentaba sus probabilidades de preponderar. Esta teoría de Mendel se ha demostrado más tarde y los factores hereditarios (hoy genes) han podido ser vistos a pesar de su máxima pequeñez, y se ha podido comprobar también que ellos son los responsables de que aparezcan en los miembros de una familia rasgos y peculiaridades que correspondieron a antepasados muy remotos. Su gran versatilidad combinatoria hace imposible que existan dos individuos iguales, por lo que cada nuevo ser posee una identidad única e inconfundible, y sus semejanzas con otro tienen siempre un límite y no son absolutas ni siquiera en los gemelos verdaderos.

La herencia y sus repercusiones médicas. Hemos dicho ya que el objetivo primario de la ley de la herencia es la conservación inmutable de las formas vivientes. En virtud de esa ley todo tiene tendencia a volver a su origen. Sin embargo, no es menos cierto que existe otra ley, en cierto modo contraria a aquella, que impulsa a todo organismo, por su calidad de ser viviente, a transformarse, a evolucionar en suma. Esto no sería posible si los genes fueran centros invulnerables (como quisiera la ley de la conservación) e inmutables. Por el contrario, los genes son mutables. Si por circunstancias, en el presente poco conocidas por la ciencia (aunque de ello suele hacerse responsables a los virus), su compuesto nucleico se modifica, automáticamente queda modificado el mensaje de ese gene. Esa modificación puede mejorar el organismo en cuestión, que habría superado un estadio evolutivo, o empeorarlo, dando lugar a anomalías; en este último caso el proceso será degenerativo. Entre los seres que nacen dañados, hay que distinguir entre los que lo son por causas accidentales y los que lo son por anomalías de los genes de los padres. En los primeros es el resultado de una interferencia que ha impedido, en alguno de sus aspectos, el normal desarrollo del organismo. Pongamos el ejemplo de una manzana que se forma apretada contra una rama. Esa rama impide el normal desarrollo de la manzana, que presentará una cavidad allí donde la rama le impide expansionarse. La manzana en cuestión será deforme, pero el manzano a que pueda dar lugar su semilla no producirá manzanas deformes, puesto que lo que motivó la deformación de la manzana madre fue una causa accidental, que no alteró para nada la genuina herencia genética. De un padre lisiado por un accidente, no nacerán hijos lisiados, pero sí está expuesto a tenerlos anormales aquel padre que haya sufrido mutación en aquellos genes que contienen el mensaje pertinente para el normal desarrollo de los miembros, con el agravante de que aquellos genes producirán a lo largo de sus descendientes otros genes iguales a sí y con la misma anomalía, y que darán lugar a una cadena en la que se alterarán, a tenor de las leyes combinatorias de la ley genética, seres fatalmente lisiados. Se han descrito en el hombre varios centenares de enfermedades o defectos inducidos por genes; muchas de ellas son raras, pero en conjunto constituyen un serio problema. Un tipo de lesión genética de importancia médica, la constituyen las aberraciones cromosómicas, pérdida o creación de cromosomas completos, o de partes de cromosomas. En el mongolismo, que es una forma particular de retraso mental, el enfermo tiene 47 cromosomas en lugar de 46 normales; esto es debido a un accidente en la formación del óvulo en la madre, por lo que esta célula recibe un cromosoma supernumerario, que es el causante del mongolismo. Los científicos modernos centran todos sus esfuerzos en desentrañar las causas que modifican la información genética y, como contrapartida, averiguar de qué modo podría reestructurarse el mensaje de un gene dañado, para así cortar de raíz todas las anomalías hereditarias y el azote poco menos que invencible que ellas representan para la humanidad del presente.


 


Sinónimos de "herencia"





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Análisis sintáctico de "herencia"


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Frecuencia de uso de "herencia"



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Uso en Wiktionary

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Geografía cartográfica



Herencia

Herencia (Provincia de Ciudad Real, Castilla-La Mancha) es una población que está situada en España. Tiene una población de 7.879 habitantes (año 2012), el código postal es 13047.

Herencia está situada geográficamente en latitud: 39.366161, longitud: -3.357350 o lo que es lo mismo expresados en GMS (grados, minutos y segundos) latitud: 39º 21' 58'', longitud: 3º 21' 26''. [ver en un mapa de Google Maps]

Mapa de Herencia

Utilizan el uso horario "Europe/Madrid" GMT/UTC +1.0 . En horario de verano tienen la hora GMT/UTC +1.0 y en horario de invierno cambian la hora a GMT/UTC +2.0.

Herencia pertenece a un país llamado España (en Europa) y tiene actualmente 46.505.963 habitantes (año 2012), una superficie total de 504.782 Km2 y cuya capital es Madrid. Los países vecinos de España son los siguientes: Andorra, Portugal, Gibraltar, Marruecos, y Francia. Como moneda utilizan Euros [EUR] y se hablan los siguientes idiomas: español castellano (variedad dialectal de España), catalán, gallego, euskera, y el occitano.



 


Geografía enciclopédica



Herencia

Villa con municipio, del partido judicial de Alcázar de San Juan, en la provincia de Ciudad Real. 8.220 habitantes. Iglesia y convento de la Merced. Cereales, vino, aceite, azafrán; molinos, telares, curtidos, aguardiente, quesos.