¿Qué significa educación?
[e-du-ca-ción] [eðukaˈθĭɔn]
Palabra derivada del latín educatio, educationis, que significa 'crianza' o 'instrucción', de educare, 'criar' o 'educar'.
Diccionario
educación
[bibliografía]. Obra de Locke, una de las más notables de este filósofo (1693).
educación
Más información.— El encarecer en el siglo en que vivimos la importancia de la educación, el elevado papel que desempeña en las instituciones humanas, podrá parecer, por lo sabido, tan trivial como inoportuno, pero al hacer ostensible el equívoco en la manera de interpretar el significado de la palabra educación, lejos de estimarlo como fuera de tiempo, aparece como provechoso. A partir de los pedagogos del Renacimiento han sido muchas y muy variadas las definiciones que de la palabra educación se han establecido, en su gran mayoría dudosas, hasta que su sentido verdadero, estricto, se ha concretado modernamente más que por la rectificación de concepciones pasadas, por los avances de la Pedagogía en el curso de su evolución. Positivas eminencias en el campo de la filosofía y de la pedagogía han dado a conocer su pensamiento con relación al objeto, medios y finalidades de la educación, con un criterio coincidente en lo fundamental. Kanl, Stuapt Mill, H. Spencer, V. Gioberti, A. Manjón, Ruiz Amado, etc., entre otros muchos, han procurado reflejar sus luminosas ideas en tan importante materia. El pedagogo suizo Pestalozzi, sin dar una definición precisa, explica su pensamiento valiéndose del siguiente símil familiar: "Ofréceseme —dice— la sana educación simbolizada en un árbol plantado junto a una fertilizadora corriente. Plántese en el suelo una semilla insignificante que contiene el germen del árbol, su forma y proporciones. Mira cual germina, lanza su tallo, ramas, hojas, flores y frutos. Es todo el árbol una no interrumpida cadena de partes orgánicas, cuyo diseño existe en la semilla y raíz. El hombre es semejante a este árbol. En el niño recién nacido yacen ocultas todas estas facultades que han de desarrollarse durante la vida".
Abundando en este símil se llega a la afirmación de que en el niño, como ser humano, existe la vida física, la vida intelectual y la vida moral, y el desenvolvimiento de estas facultades es lo que constituye el objeto de la educación del niño como producto de una escuela verdaderamente educativa, porque educar, es sinónimo de formar, que es, pues, encauzar y adoptar las aptitudes naturales del niño a los fines de su vida. El error craso, indisculpable, consiste en confundir la educación con la instrucción, que consiste en la comunicación dogmática de un número de conocimientos más o menos acomodados a una profesión, a una carrera o a la condición social del individuo, y hacia este objeto giran todas las exquisiteces y preferencias intelectuales, con la exclusiva finalidad de enriquecer el entendimiento de conocimientos al alcance de su inteligencia, rnientras la parte efectiva, la cultura espiritual, el corazón, se abandona a las impresiones eventuales de la vida, y esto no es educar. La instrucción será, si se quiere, una rama de la educación, pero su objeto y finalidad es distinta. Consiste en una especie de aprendizaje de conocimientos, en amueblar la inteligencia, dejando vacío de virtudes el corazón, y de elevados sentimientos el espíritu. Ya Séneca, tomando un documento de la filosofía de Platón, preguntaba: "¿De qué sirve la instrucción si no hace más que alimentar el orgullo y si no corrige el menor defecto? ¿Basta esto sólo para desarraigar pasiones insensatas? ¿Hace al hombre más justo, más generoso, más fuerte?" Más tarde Juvenal escribió aquella frase mens sana in corpore sano, repetida por Jocke, para indicar la armonía entre el espíritu y la materia como fin de la verdadera educación. Lo importante es preparar hombres aptos y fuertes para las luchas de la vida y el cumplimiento de sus fines intermedios. Toda la vida del hombre es una lucha entre el deseo y la obligación; lucha dolorosa cuando el deseo no tiene ni respeta más barrera que la coacción de la ley; lucha fácil y hasta cierto punto agradable cuando el convencimiento nos familiariza con la obligación y consideramos ésta como una defensa contra nuestros propios extravíos. Por otra parte, la educación produce la formación del alma por ir dirigida directamente al corazón, con objeto de destruir toda mala inclinación y substituirla por la voluntad de hacer el bien. Las concepciones elaboradas de la educación con las innovaciones de la Pedagogía han determinado su definición señalando en ella el objeto, el medio y el fin. En este sentido, verdaderamente estricto, de esta palabra, "la educación es el desenvolvimiento de las facultades humanas por medio del ejercicio, a fin de conseguir toda la felicidad posible".
Se señalan en esta definición el objeto (desenvolvimiento de las facultades); el medio (el ejercicio); y el fin (conseguir toda la felicidad posible). Un ligero examen permitirá comprender el alcance del significado de esta definición que expresa el sentir de los eruditos modernos. La educación es desenvolvimiento. Lo que da valor a la escuela es la aptitud que en ella se despierta en el individuo, y esa aptitud se adquiere con el adecuado desarrollo de las facultades del niño. En él, como ser humano, hay la vida física, la vida intelectual y la vida moral. En la primera, se atiende al régimen higiénico, al equilibrio orgánico y funcional que se traduce en salud; la educación intelectual responde al desenvolvimiento de todas las facultades de orden científico y artístico, espíritu de observación, memoria, juicio, imaginación, y la estética que embellece con el sentimiento de la armonía las obras de la Naturaleza y las inspiraciones del genio poético; la educación moral es la consecuencia de un orden normal en un medio normal. Estas tres características constituyen la educación integral que la religión sanciona y fortifica.
El niño así formado tiene aptitud para la vida, y ya hombre estará preparado para sus luchas con ella y para el cumplimiento de sus deberes intermedios hermanados con el valor, la prudencia y el bien. No puede olvidarse que la educación produce la formación del alma, por ir dirigida directamente al corazón, con objeto de destruir toda mala inclinación, substituyéndola por la voluntad de hacer el bien; lo cual resulta un conjunto de buenas o malas disposiciones según haya sido la acción educativa. Por otra parte, el Código Civil vigente reconoce el derecho y el deber de la familia de educar a los hijos, cuya misión constituye uno de los fines primarios del matrimonio. La Iglesia por su parte, ha considerado siempre como una obligación y a la vez un derecho inalienable, la formación en los niños y en las juventudes de su inteligencia, de su corazón y de su voluntad. Toma para ello como punto de partida el precepto que impuso Jesucristo al despedirse de sus discípulos con las siguientes palabras: "Id pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, v del Espíritu Santo: enseñándoles a obedecer todas las cosas que os he mandado, y mirad que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo".
(San Mateo. Capítulo XXVIII, 19 y 20.) Impone la Iglesia, teniendo en cuenta que la familia constituye la más intensa escuela de educación, la obligación de los padres de educar cristianamente a sus hijos, cumpliendo de este modo con su sagrado deber. Reclama, por considerarlo un derecho de origen divino, la intervención de sus autoridades en las escuelas públicas y privadas para velar por que se dé a la juventud una educación conforme a la doctrina católica respecto al dogma, pureza en la moral, y conocimiento arraigado y convincente de las verdades eternas. La Iglesia procura educar a los niños en los primeros rudimentos de la ciencia en sus escuelas monacales y parroquiales, creando además un maestro en todas las escuelas catedrales para que enseñasen gratuitamente a los pobres; porque consideró hasta propio de su misión la enseñanza de la ciencia más sublime.
educación
Resucita la preocupación con el Renacimiento (Elyot, Rabelais, Juan Luis Vives, etc.) pero se pierde otra vez. No es hasta el s. XVIII que, de la mano de los grandes pedagogos (Rousseau, Pestalozzi, Basedow, etc.), eomienza a desarrollarse, como medio de compensar la falta de actividad física armónica que impone la vida de la ciudad, de la fábrica, de la escuela. El alemán Ludwig Jahn, el español Francisco Arnorós, y el sueco Per Henrik Ling son los tres grandes impulsores de la Educación Física a principios del siglo XIX, en la que ven un magnífico medio para el desarrollo del carácter del individuo y para su completa educación, tanto física como espiritual. La educación física, en este momento de su evolución, solía basarse en la repetición de movimientos más o menos monótonos, y en otros ejercicios realizados en un local cerrado por lo general. Es la educación física de pequeño movimiento o gimnasia (véase esta voz).
No así en Inglaterra, en donde aparece el deporte impulsado por T. Arnold (1795-1842). La educación física se diferencia del deporte (véase esta voz) en que no está presidida por el afán de competición; también en que el deporte se practica por gusto, en tanto que la educación física precisa de una disposición de ánimo, de un esfuerzo de voluntad. Ambos, practicados ordenadamente, presentan altas cualidades formativas y, hasta cierto punto, se complementan.
Dentro de un concepto amplio de la educación física caben todas las actividades motrices tendentes a perfeccionar y aumentar el valor del organismo humano (Bruno Zauli); para lograr su objeto se vale de medios auxiliares teóricos (Anatomía, Pedagogía, Fisiología, Higiene, etc.), prácticos (masaje, electricidad, sol, etc.) y activos (Deportes y Gimnasia).
Una de las síntesis más logradas entre la educación física y la espiritual, es el escultismo. (Véase esta voz).
§
- Educación sexual. Moral. Educación dirigida a preparar en la juventud una actitud moral y físicamente recta, frente a la vida sexual.
- Método de iniciación en el conocimiento de la vida sexual para afrontar los peligros desde la primera juventud. [definición académica].
Sinónimos de "educación"
Ver más sinónimos de educación
Posibles prefijos y sufijos:
En la palabra educación, se ha identificado el sufijo -ción, sufijo que forma sustantivos derivados de verbos, indicando la acción o el efecto de la acción expresada por el verbo. Ejemplos: creación (acción de crear), formación (acción de formar).
Enciclopedia
educación
§ Educación física. Expresión acuñada a finales del siglo XIX para designar el conjunto de ejercicios aptos para el adiestramiento y desarrollo físico de los jóvenes y conservación de dichas facultades en los mayores. En todas las épocas, insignes pedagogos han defendido la necesidad de una educación completa, que preste la debida atención al cuerpo y al espíritu. Grecia nos da un preclaro ejemplo (véase Juegos Griegos) que Roma ya no sigue. La Edad Media, dominada por la idea del adiestramiento para la lucha, sin llegar al antiguo esplendor, le presta atención (véase caballería, justas, torneos.
Análisis sintáctico de "educación"
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Frecuencia de uso de "educación"
Uso en películas
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Uso en libros (hasta 1923)
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Uso en Wiktionary
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