¿Qué significa terremoto?

Informar de un error ⚠

[te-rre-mo-to] [ˌtereˈmoto] [tɛrrɛˈmoto]

Palabra derivada del latín terremotus; de terra, tierra, y motus, movimiento.




Diccionario



terremoto

  1. [masculino]. Sacudimiento del terreno, ocasionado por fuerzas interiores del Globo.
  2. [sentido figurado]. Persona inquieta, muy vivaz. [definición académica].


terremoto

Más información. La superficie de la Tierra, como consecuencia de la actividad interna, experimenta a veces unos movimientos de fuertes y repetidas trepidaciones que se conocen con el nombre de terremotos o fenómenos sísmicos. Durante mucho tiempo se ha venido creyendo que el origen de las trepidaciones era debido exclusivamente a las acciones volcánicas; también existía una teoría que las atribuía a las infiltraciones de las aguas del mar. Actualmente se admiten diferentes causas como génesis de los terremotos, ya de naturaleza tectónica (perturbaciones de equilibrio en las capas internas del planeta) o volcánico. Los terremotos tectónicos o de dislocación se engendran en la zona de fractura de la corteza (entre 10 y 50 km. de profundidad); hay unos, denominados de foco profundo, qua lo tienen a unos 300 km. de profundidad y, excepcionalmente, hasta los 800. Es digno de notar que a profundidades intermedias (entre 200 y 600 km) no ha sido identificado ningún foco. Los terremotos tectónicos se ocasionan a consecuencia de una situación de inestabilidad mecánica, física o química. Se comprende fácilmente que el resbalamiento rápido de un estrato terrestre sobre otro, el asentamiento de terrenos, el desplome de un bloque sometido a grandes tensiones como consecuencia de no estar bien estabilizado, el corrimiento simultáneo de los labios de una falla y tantas otras causas imaginables, han de poner en juego bruscamente fuerzas inmensas y dar lugar a una tremenda sacudida. Esta sacudida, que a su vez puede provocar otras menores o mayores, repercute, transmitiéndose en todas direcciones a largas distancias en forma de vibraciones u ondas que se propagan con velocidad que depende de la naturaleza de los materiales terrígenos. Las explosiones volcánicas (fracturas, formación de cráteres, proyección de grandes masas de lava en el interior de las largas chimeneas de un volcán) pueden también dar origen a terremotos, así como las explosiones debidas a una mezcla detonante de gases internos o la cristalización de rocas con aumento de volumen y otros fenómenos semejantes. La zona en que se origina un terremoto se denomina hipocentro o zona hipocentral, y es siempre subterránea; el ponto en que la superficie terrestre es cortada por la vertical que pasa por el hipocentro, se denomina epicentro o zona epicentral, y a su alrededor, la intensidad del terremoto va decreciendo.

El estudio de fenómenos sismicos ha demostrado que los movimientos a que dan lugar se propagan a la manera de las ondas que produce en un estanque la caída de una piedra; es decir, en ondas concéntricas alrededor del epicentro; estas ondas se llaman isócronas, y son susceptibles de poderse delimitar uniendo con una línea los puntos en que la vibración se ha percibido al mismo tiempo. A partir del hipocentro, el fenómeno sísmico se propaga en esferas concéntricas cuando el hipocentro es una zona reducida, y en elipses cuando es una línea alargada. Las diferencias debidas a la naturaleza del terreno, a efectos de propagación, hace, que las líneas que unen los lugares donde se ha sentido el terremoto con igual intensidad Oineas isosímicas), pierdan tal regularidad, adoptando las más diversas formas, según la mayor o menor facilidad ofrecida por el medio terrestre a la propagación de las vibraciones. Las vibraciones sísmicas que parten del epicentro son de dos clases; las longitudinales, formadas por el esfuerzo de compresión y dilatación sucesivos de las masas afectadas (vibraciones análogas a las producidas cuando comprimimos bruscamente un prisma de caucho soltándolo después), y las transversales (oscilaciones vibratorias de diracción perpendicular a las anteriores y que pademos comparar a las producidas en una barra elástica al golpear en uno de sus extremos perpendicularmente a su longitud).

Las Velocidades de propagación de unas y otras vibraciones son muy diferentes, siendo más rápidas las longitudinales que las transversales, particularidad esa que permite diferenciarlas y calcular además la distancia a que se encuentra el epicentro del terremoto del aparato registrador. En la velocidad de esas ondas influye también la capa cortical a través de la cual se propagan.

Estas velocidades oscilan entre ll y 12 kilómetros por segundo en las ondas longitudinales, y entre 6 y 6'5 en las transversales. Hasta una profundidad de 57 kilómetros se observa que las ondas, sin moverse de los límites indicados, avanzan a menores velocidades que las que adquieren a más de 57 kilómetros de profundidad. Ello indica la existencia de una discontinuidad en tal nivel. La velocidad crece con la compacidad de los materiales que atraviesan las ondas; es mayor en las rocas eruptivas que en las metamórficas, y mayor en éstas que en las sedimentarias. Las ondas Iongitudinales y transversales, al llegar a la superficie terrestre, dan lugar a un tercer grupo de vibraciones, las superficiales, de menos velocidad que aquellas (de 3 a 4 km) y que, por tanto, son registrados por los sismógrafos en último término. Eslas ondas superficiales son las más peligrosas y, a veces, sobre todo cuando su velocidad disminuye hasta los 200 metros por segundo, forman en la tierra ondulaciones visibles y permanentes, quedando, tras el seísmo, la superficie rizada. Se les llama entonces ondas visibles o gravifisas.

Hay casos en que terremotos muy violentos se producen sin ir acompañados de ruidos subterráneos, pero en muchos casos se oyen ruidos semejantes al retumbar de un trueno lejano, o la rotura simultánea de muchos cristales, o el ruido producido por el rodar de un carro cargado de vigas de hierro. Se atribuye el origen de estos ruidos a desplomes y desplazamientos de grandes masas subterráneas que hacen vibrar la corteza terrestre, y cuya vibración transmite la onda a la atmósfera, donde el movimiento se convierte en sonido. Unas veces el ruido precede al terremoto, otras le acompaña y otras le sigue. En la serie de vibraciones símicas hay que distinguir tres clases; las premonitorias o iniciales, sacudidas débiles que de ordinario pasan inadvertidas para el hombre y preceden el instante de máxima intensidad; las principales o máximas, que causan los mayores efectos de carácter mecánico, y las secundarias, finales o réplicas del terremoto. Todas ellas forman conjuntamente el llamado período sísmico. Los focos sísmicos se hallan agrupados en diversas partes del globo. Hay regiones de sismicidad casi nula; otras están situadas a lo largo de dos grandes círculos; el mediterráneo, que afecta el Sur de Europa, Asia Menor, Persia y el Himalaya, y el circumpacifico, que comprende los Andes, el Japón, Filipinas, etc. Hay autores que prefieren agruparlos en áreas sísmicas, y de ellas citan cuatro; la primera es la que se extiende a lo largo de la costa del océano Pacífico, desde Chile hasta Alaska; la segunda está comprendida entre Australia e Italia hasta el Indostan; la tercera abarca la zona de las Antillas, y la cuarta las costas orientales del Japón. Es de observar que las zonas de mayor actividad sísmica son las que se extienden a lo largo de cadenas montañosas, por existir allí zonas de fractura que debilitan la corteza terrestre. Para concretar con algunas cifras diremos que de 6.000 terremotos, 2.000 de ellos corresponden al círculo mediterráneo, lo que supone un 36 por 100, y 3.100 (el 51 por ciento) a la zona circumpacifica, quedando sólo el 15 por 100 restante (unos 000 terremotos) para el resto del planeta. En cuanto a los efectos de los terremotos son sobradamente conocidos; los débiles (microsismos) producen la detención de los relojes de péndulo, balanceamiento de muebles, movimiento de objetos fijos y ligero temblor del suelo; los fuertes (macrosismos) destruyen edificios, reducen a escombros poblaciones enteras, fraguan grandes grietas y dan lugar a fallas enormes. Los terremotos que se producen en las zonas costeras y tienen su epicentro en el fondo del mar, originan los maremotos, con olas gigantescas (olas sísmicas), que son llamadas en América olas de marea por avanzar con la velocidad de la marea y, en el Japón, tsunamis, y que penetran tierra adentro destruyéndolo todo. La duración de los fenómenos sísmicos es variable; algunos son repentinos, reduciéndose a una sacudida violenta, mientras que en otros se suceden varias o una porción de series de sacudidas sucesivas de varios minutos de duración. Para apreciar la intensidad de estos fenómenos se utilizan escalas sísmicas, como las de Rossi y Forell o la de Mercalli, fundadas en los efectos producidos por los terremotos en sus diferentes grados de intensidad, desde los más débiles a los más fuertes. Véase en voz Catástrofe cuadro con terremotos famosos).

Para percibir y estudiar los fenómenos sísmicos, se utilizan los aparatos llamados sismógrafos y sismoscopios (véanse voces respectivas). En la actualidad los estudios sismológicos están muy adelantados. No es posible predecir dónde y cuándo ha de tener lugar un terremoto, pero en cambio se aprovecha la particularidad de la onda sísmica, cuya Velocload de propagación, reflexiones y refracciones dependen de la naturaleza de las capas del subsuelo que atraviesan para investigar la constitución interna de nuestro planeta. Modernamente se provocan terremotos artificiales por medio de pequeñas cargas explosivas enterradas, y recogiendo en uno o varios sismógrafos convenientemente instalados los Sismogramas debidos a la explosión y registrados por los aparatos. Del análisis de las ondas se deduce la existencia de determinadas substancias (petróleo, carbón, minerales, etc.), llegándose incluso a precisar la profundidad y forma aproximada de los mantos o venas del material que interesa.

Aun en sus comienzos todavía, bastará decir que, gracias a las investigaciones símicas, se aportó en 1949 a las existencias del petróleo alemán el considerable incremento de reservas por valor de 36 millones de toneladas, y en 1950 un rendimiento anual de 1.000.000 de toneladas de petróleo obtenidas en distintos yacimientos descubiertos por el método de prospección sísmica. Por la forma, igualmente de refractarse estas vibraciones, se ha deducido de modo que no deja lugar a duda, la existencia de un núcleo central de hierro y níquel, en el interior del globo terrestre, con un radio aproximado de 3.570 kilómetros, así como diversas capas concéntricas de naturaleza todavía no bien definidas cuyas superficies de discontinuidad se encuentran a profundidades de 40, 60, 120, 1.200, 1.700, 2.450 y 2.900 km., respectivamente. Así, de año en año, la Sismología (nueva ciencia que aparentemente carecía de aplicaciones prácticas) nos sirve también para ir conociendo la estructura interna del suelo que nos sustenta, con tanta garantía como sustantivo pudiéramos ver y tocar, allí donde ni la vista, ni el oído ni el tacto del hombre puaden penetrar, y que, no obstante, se va haciendo cada día más transparente ante el esfuerzo de su inteligencia.


 


Sinónimos de "terremoto"





Ver más sinónimos de terremoto

 


Posibles prefijos y sufijos:



En la palabra terremoto, se identifica el prefijo ter-, prefijo latino que significa tres veces o triple, utilizado en términos relacionados con cantidades o multiplicaciones. Ejemplos incluyen "terciario" (relativo a un tercer nivel) y "tercer" (el número tres en un orden).






Análisis sintáctico de "terremoto"


A nivel sintáctico, "terremoto" se puede clasificar de la siguiente forma:


Si desea hacer otro análisis sintáctico consulte nuestra sección "Analizador sintáctico".

Ir al analizador sintáctico de frases




Frecuencia de uso de "terremoto"



Uso en películas

En una escala del 1 al 10, esta palabra es de nivel 1. Más concretamente, ocupa el lugar 6.409 de un total de 634.264 palabras que hemos analizado en esta fuente.

Esto significa que es una de las palabras más usadas del idioma, indicando una alta frecuencia de uso en textos y conversaciones diarias.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10

Uso en libros (hasta 1923)

En una escala del 1 al 10, esta palabra es de nivel 1. Más concretamente, ocupa el lugar 16.425 de un total de 246.873 palabras que hemos analizado en esta fuente.

Esto significa que es una de las palabras más usadas del idioma, indicando una alta frecuencia de uso en textos y conversaciones diarias.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10

Uso en Wiktionary

En una escala del 1 al 10, esta palabra es de nivel 1. Más concretamente, ocupa el lugar 12.967 de un total de 922.236 palabras que hemos analizado en esta fuente.

Esto significa que es una de las palabras más usadas del idioma, indicando una alta frecuencia de uso en textos y conversaciones diarias.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Ver más datos del análisis de terremoto