¿Qué significa Rojas?
[Ro-jas] [ˈroxas]
Véase rojo.
Sinónimos de "Rojas"
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Enciclopedia
Rojas
- (Ángel Felicísimo). [biografía]. Novelista y crítico ecuatoriano, nacido en Loja en 1909. Tras licenciarse en leyes, ejerció la abogacía; el triunfo de la revolución de mayo (1944) supuso su ingreso en política activa como Contralor general de la Nación. Miembro de la Casa de la cultura Ecuatoriana, dirigió la "Revista Universitaria" en su época de estudiante y fue motor de "Bloque".
Militante del Partido Socialista, del que fue una de las cabezas directivas, ha publicado tres novelas: Blanca, novela escolar (Loja, 1938), Un idilio bobo, libro de relatos (Quito, 1946) y El éxodo de Yangana (Buenos Aires. 1949), además de un ensayo crítico sobre La novela ecuatoriana, libro en el que da como inédita una novela propia, Curipamba sobre la vida de las minas. Se había iniciado en las páginas de la revista "Bloque" como escritor costumbrista en una sección titulada "Cromos provincianos"; la técnica impresionista, de escenas entrelazadas, había de servirle para la estructura de Blanca, novela escolar, que refiere sus recuerdos escolares y sus años de iniciación a los megos, a la vida madura, a la adolescencia perturbada por el sexo, hasta la llegada a la etapa de la madurez primera. En los relatos de Un idilio bobo hay desde humor a tragedia, desde escenas costumbristas castizas hasta recreaciones y calas en la existencia indigena, como "La historia del indio Mariano Guamán", antecedente de otras novelas latinoamericanas que ponen de manifiesto la lucha del indígena por inscribirse en un mundo que le niega sus derechos.
El éxodo de Yangana vuelve al mundo indígena con una trama semejante a Fuenteovejuna: el pueblo, como colectividad, es el autor del asesinato de un patrón cruel y sanguinario, y por ello tiene que exilarse de su suelo primitivo y trasladarse colectivamente en éxodo brutal a la selva para reiniciar la vida. En cuanto a su ensayo La novela ecuatoriana es el más importante sobre la materia, con análisis sucinto de las circunstancias sociológicas en que se han producido los distintos momentos de la novela ecuatoriana y de cada autor, dividiendo en tres períodos el análisis de la novela ecuatoriana: 1830-1895; 1895-1925; y 1925-1945, con ojeadas sobre los sucesos históricos y la relación íntima entre los factores histórico-sociales y el fenómeno literario. - (Aristides—). Médico y político venezolano, hermano del diplomático José María. Practicó la medicina en su patria y en las Antillas, y escribió trabajos de geología, estadística, sismología, literatura, etc. La Universidad de Caracas le concedió una medalla de oro por su estudio El elemento vasco en la historia de Venezuela. Sus trabajos para la enseñanza elemental sirvieron de texto en los colegios de Venezuela. Fue miembro de la Sociedad Francesa de zoología (1859), de la Academia de Ciencias Físicas y Naturales de La Habana (1867) y de la Academia de Bellas Letras de Santiago de Chile (1873).
Nació en Caracas en 1826; murió en 1894. - (Casto—). Historiador y ensayista boliviano, nacido en Cochabamba en 1879. Licenciado en Derecho y ciencias sociales, desempeñó la docencia de Economía Politica y Finanzas de la Universidad de La Paz. Diputado, ministro en varias ocasiones, senador, representante de Bolivia en distintos Congresos, delegaciones y conferencias, presidente del Banco Central, miembro de la Academia Nacional de Historia, y de la Boliviana de la Lengua, ha colaborado en los principales periódicos. Dirigió "El Diario" de La Paz. Pensador político e historiador económico, cuenta entre sus títulos, recogidos en volumen, con ensayos sobre problemas nacionales como Cuestiones económicas y financieras de Bolivia (La Paz, 1909); La moneda de oro en Bolivia (Lima, 1911), Reforma bancaria y plan financiero (La Paz, 1913); Historia financiera de Bolivia (La Paz, 1916), Bocetos (crónicas. La Paz, 1917); El Doctor Montes y la política liberal (La Paz, 1918); La reintegración marítima de Bolivia (La Paz, 1927).
Sus críticas, crónicas y ensayos breves se hallan desperdigados en periódicos y otras publicaciones. - (Cristóbal—). Pintor venezolano. Comenzados sus estudios en Caracas, pasó luego a París perfeccionándose en su arte, hasta el extremo que alcanzó altas distinciones en varias exposiciones de Europa. Entre su producción, toda notable, merecen mención especial sus lienzos El Purgatorio y La Miseria, siguiendo a éstos en mérito El mendigo, El bautizo, La primera comunión, y Dante y Beatriz (1858-1890).
- (Cristóbal de—). Ingeniero español. Cuando joven ayudó a su maestro Juan de Herrera en la obra de El Escorial, y en 1589 solicitó el título de ingeniero. De 1602 a 1607 explicó Fortificaciones en la Academia de Matemáticas de Madrid. Ingeniero técnico y práctico de mérito, trabajó principalmente en la fortificación de importantes plazas fuertes españolas. Escribió: Teoría y práctica de fortificación conforme las medidas y defensas de estos tiempos; Compendio y breve resolución de fortificación, y Sumario de la milicia antigua y moderna, con un tratado de Artillería, y al fin un nuevo modo de fabricar torres dentro de la mar muy firmes y a poca costa. Murió en Cádiz en 1614.
- (Diego de—). Conquistador español del siglo XVI. Recibió la misión del gobernador de Perú, Vaca de Castro, de explorar y conquistar las provincias meridionales de aquel Imperio en dirección al Río de la Plata, en cuya empresa murió en 1543.
Fue gobernador de la primitiva provincia de Tucuniam. - (Ezequiel—). Escritor y político colombiano Abogado distinguido, tuvo durante mucho tiempo a su cargo las cátedras de Derecho civil y penal de la Universidad de Bogotá. Fue varias veces diputado, senador y representó a su país en París y en Roma. Partidario del sistema utilitario, expuso su doctrina filosófica en la obra Filosofía de la moral (1801-1873).
- (Fernando de—). Escritor español nacido en La puebla de Montalbán. Toledo, en fecha indeterminada y muerto en Talavera de la Reina en 1541. Conocemos de su biografía pocos datos exhumados tras largos esfuerzos en documentos inquisitoriales en su mayoría y en La Celestina. De todos estos documentos se deduce que fue bachiller en leyes, que en 1517 se trasladó a Talavera, de la que fue elegido alcalde mayor, que su ascendencia era judia, que poseyó una importante biblioteca y que se le considera autor de La Tragicomedia de Calisto y Melibea, o La Celestina, título este último que ha prevalecido, derivado del nombre de su personaje más característico. Publicada en Burgos probablemente en 1499 con el título de Comedia de Calisto y Melibea y un contenido de dieciséis actos; las dos ediciones siguientes, de las que sólo nos han llegado dos ejemplares, proceden de Toledo y Sevilla y datan de 1500 a 1501. Su títuio es ahora Tragicomedia de Calisto y Melibea y en su interior se inserta una carta, "El autor a un su amigo" once octavas acrósticas de arte mayor, el argumento de la obra y unas coplas del corrector, Alonso de Proaza. En 1502 se editó cinco veces, pero con veintiún actos y varias supresiones y cambios (la edición de Toledo de 1526 incluirá uno más, llamado de Traso).
rechazado por la crítica. Veamos los problemas que presentan estas ediciones en relación con su supuesto autor. Fernando de Rojas. En la "carta a un su amigo" declara el autor que encontró el primer acto, anónimo, y que decidió terminarla en quince días que le vacaban.
Pero las complicaciones no terminan aquí: si dicha carta no dice nombre alguno del autor del primer acto, las ediciones posteriores apuntan a Mena o Rodrigo de Cota. A principios de siglo se llegó a poner en duda la existencia de Rojas. En cuanto a la pluma que escribiera ese primer acto, la crítica ha descartado la sugerencia de Mena o Cota por no corresponder a sus estilos; ha habido quienes han visto en Le Celestina una sola mano, la de Rojas, y quienes la han considerado escrita por varias. Hoy prima la tesis de dos autores: el análisis de las fuentes, la estilística y la sintaxis demuestran casi con total certeza la existencia de un autor para el acto primero y la de Rojas para el resto. Otros problemas suscitados, de menor importancia, se relacionan con el papel desempeñado por el corrector Alonso de Proaza, a quienes algunos han supuesto autor de los cinco últimos actos interpolados, así como de los argumentos de cada acto, que no figuran en la primera edición. Véase Celestina. La; Calisto; Melibea. - (Jorge—). Poeta cubano, nacido en Santa Rosa de Viterbo en 1911. Estudió derecho en la Universidad Javeriana de Bogotá. Su primer libro, La forma de su huida (1939), le reveló ya como poeta. En el mismo año de 1939 fundó los cuadernos poéticos "Piedra y Cielo", con los que se proponía divulgar la poesía colombiana en el extranjero. En 1952 fue elegido miembro Correspondienle de la Academia Colombiana de la Lengua, de la que pasó a ser en 1962 miembro de número. En 1969 se le nombró Director del Instituto Colombiano de Cultura. Otras obras: La ciudad sumergida (1939), Rosa de agua (1941).
Cinco poemas (1942), Poemas (1945), Parábola del nuevo mundo (1945), La invasión de la noche (1946), Poemas (1946), Soledades I (1948), y II (1965), y la tragedia La doncella de agua. - (José Antonio—) Patriota chileno, uno de los mayorazgos de la colonia. En su juventud ejerció cargos militares y viajó por Europa, de donde, juntamente con libros y aparatos de física, llevó a Chile los principios de libertad. En 1780 tomó parte en la conspiración pro independencia del país, fraguada en Santiago de Chile por los franceses Berney y Gramusel, pero así como éstos sucumbieron trágicamente, ni a él ni a Orejuela, otro de los conspiradores, les pasó nada.
Años después fue Rojas uno de los animosos promotores de la revolución de 1810 y apresado por los patriotas Ovalle y Vera por orden del presidente García Carrasco, aunque se les transportó a Valparaíso con intención de conducirlos después al Perú, Rojas y Ovalle regresaron en el mismo año a la capital. Al caer el país por segunda vez bajo la dominación española (1814), Rojas fue deportado a la isla de Juan Fernández, y por merced del presidente realista trasladado después a Santiago. Nació en 1743; murió en Santiago hacia 1816. - (José de—) Marino español, conde de Casa-Rojas y vizconde de Recaño. Sentó plaza como guardia marina en el departamento de Cádiz (1721) y tras sucesivos y rápidos ascensos llegó en 1779 a teniente general. Siendo capitán de navio y mandando El Rayo, transportó de Italia a España a la reina María Luisa. En 1783 fue nombrado capitán general del departamento de Cádiz y gobernador militar de la plaza de Cartagena, mandos que resignó en 1790.
Fue caballero profeso de la Orden de Santiago y en varias ocasiones desempeñó la capitanía general de Valencia y Murcia. Nació en Cádiz en 1702; murió en Cartagena en 1794. - (José Ma ría—). Militar argentino. Alistado en el regimiento de Patricios una vez terminadas las invasiones inglesas, no tardó en ganarse el aprecio de sus jefes por su conducta ejemplar. Con especiales dotes para el Arma de Artillería, fue nombrado en 1812 segundo jefe del Parque y en 1815 ascendió a capitán por dirigir la fundición de tres cañones de campaña. En 1816 se encargó de la dirección del Parque y Artillería (1791-1852).
- (José María—). Político venezolano de origen dominicano. Pasó a Venezuela en 1822 y fue elegido para el desempeño de la aduana de La Guaira, cargo en que cesó en 1826, dedicándose después al comercio en Caracas. En 1830 fraternizó con el movimiento separatista de Venezuela y figuró en el Consejo Municipal de Caracas, escribió en El Liberal y en El Economista y sus conocimientos de Hacienda le valieron que la provincia de Caracas lo eligiese diputado provincial e individuo de la Cámara de Representantes (1841).
Aunque separatista venezolano, Rojas nunca fue desafecto a Bolívar, al cual dedicó su obra Proyecto para el establecimiento de la circulación de vales, conciliando el provecho del Erario y del público con la justicia de los acreedores. Se retiró de la vida pública en 1848. Nació en Santiago de los Caballeros (Santo Domingo) en 1793; murió en Caracas en 1856. - (José María de—). Diplomático venezolano, hermano del médico y polígrafo Arístides. Representó a su país como ministro plenipotenciario en Madrid, Holanda, Londres y París, y fue el primer diplomático sudamericano que pasó un ultimátum a una corte europea, la de Holanda, con la que rompió las relaciones políticas en 1875. Rojas escribió en francés y en castellano, mereciendo por sus producciones el honor de ser nombrado individuo Correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua (1875) e individuo extranjero del Instituto de Francia (1872).
León XIII le concedió el tíuilo pontificio de marqués, para él, sus hijos y sucesores legítimos. En París publicó su Biblioteca de escritores venezolanos contemporáneos. (1828-1907). - (Juan Ramón—), Poeta y militar argentiπo. En la carrera de las armas se distinguió en 1806 y 1807, cuando las invasiones inglesas, y más tarde en la campaña de Montevideo (1812-1814) Como poeta, en sus Poesías patrias ensaleó la heroicidad de su pueblo en la reconquista y en la defensa contra los ingleses. Nació en Buenos Aires en 1784; murió en un naufragio en 1824.
- (Liberato—). Político paraguayo, presidente de la República desde 1911 a 1912.
- (Manuel Patricio—), Militar argentino. Intervino en la guerra de la Independencia y tomó parte en la campaña del Alto Perú y en premio a su comportamiento fue designado ayudante de San Martín en 1820. En 1821 estuvieron bajo su mando las fuerzas que sitiaron al Callao. (1792-1857).
- (Netto—). Psiquiatra argentino. Desde 1946 ostentó el decanato de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y sus enseñanzas sobre Psiquiatría y Medicina legal han sido vallosísimas y de gran provecho para la ciencia médica argentina. Entre sus principales obras figuran: Psicología de Sarmiento; Lasiones; Estudio médicolegal, y La psiquiatría ante la legislación. Nació en 1890.
- (Pablo de—). Escultor español, activo en Granada entre 1580 y 1607. Se le ha considerado como el fundador de la escuela de cultura andaluza. Ejecutó numerosas esculturas religiosas: Cristo crucificado, en el sagrario de la catedral de Sevilla, y varias imágenes de la Concepción. En su taller se formaron los grandes maestros del barroco. A su muerte fue continuado por Alonso de Mena.
- (Pedro—) Médico y pintor argentino. Alternando la medicina con la pintura, ha logrado sobresalir en ambas actividades y alcanzar nombradla como médico y como pintor. De entre sus lienzos citamos: Paisaje de Ucacha, y Serenidad; de sus obras científicas figura entre las principales Las células sexuales de anfibios anuros.
- (Pedro de—). Dibujante español, radicado en la Argentina, nació en Sevilla en 1872. Estudiante en la Academia de Bellas Artes de Madrid, dio sus primeros frutos en Barcelona, donde consiguió su primer galardón a finales del siglo XIX. Ganador en otros importantes certámenes y colaborador en numerosos periódicos y revistas de España, pronto su fama atravesó las fronteras patrias y sus dibujos ilustraron varias publicaciones europeas. Trasladado a la Árgentina en 1908, continuó su ascendente carrera y pronto fue una de las más relevantes figuras del mundo artístico sudamericano. Sus dibujos han animado numerosos periódicos, libros y revistas de la América hispana y también en el campo de la escenografía sus éxitos han sido resonantes. Murió en Buenos Aires en 1947.
- (Rafael Guillenuo—). Prelado Costarricense, nacido en Cartago en 1855. Quedó huérfano a muy temprana edad. Un tío suyo lo llevó a El Salvador, donde estudió durante cuatro años, pasando después a un colegio de Suiza a completar su educación. Aprendió allí las lenguas inglesa, francesa, italiana y alemana, que practicó en Francia e Inglaterra, donde residió por espacio de dos años.
Recorrió luego otros países europeos para estudiar los adelantos introducidos en fábricas y talleres similares al negocio que su tío y protector tenía establecido en El Salvador. A su regreso a este país entró a formar sociedad con su benefactor, quien nególe toda protección al observar su inclinación hacia la Iglesia. Entonces obtuvo la plaza de profesor de inglés, griego y latín en el Colegio de Nuestra Señora de la Concepción, de Santa Tecla, comenzando sus estudios eclesiásticos y ordenándose sacerdote en 1882. Graduóse después de doctor en Teología y regresó a Costa Rica en 1885, desempeñando la rectoría del Seminario. Las circunstancias políticas le obligaron a alejarse de su país. Ingresó en Colombia en la Congregación de la Misión y en 1912 fue nombrado obispo de Panamá y más tarde ascendió al arzobispado, al crearse la archidiócesis. Se le debe la fundación del Seminario de Panamá, celebradas cartas pastorales y Reseña histórica de la Iglesia de Panamá, cuya primera edición fue publicada en inglés. - (Ricardo—) Escritor argentino (Tucumán, 1882-Buenos Aires, 1957). Educado en Santiago del Estero, donde su padre ejercía el puesto de gobernador, ingresó en la facultad de Derecho de Buenos Aires y ejerció el periodismo; en 1903, a raíz de una huelga se declaró "estudiante libre y perpetuo" y abandonó los estudios oficiales para dedicarse integramente a la literatura; ese mismo año aparecía La victoria del hombre, su primer libro. Tras un viaje a Europa, —cuyas crónicas quedaron recogidas en El alma española. Cartas de Europa y La restauración nacionalista (1909)— se interesó por la docencia universitaria en La Plata (1909-1920) y Buenos Aires (1913) en la cátedra de literatura argentina por él creada y en la de literatura castellana. Creó además el Instituto de Literatura Argentina al que orientó hacia estudios de investigación y recuperación de textos perdidos o inéditos. Decano de la facultad de Buenos Aires (1921-1924) y rector de la Universidad, fue nombrado doctor "honoris causa" por esta universidad y por otras argentinas y americanas. Intervino en política concurriendo a las elecciones como miembro del Partido Radical al que pertenecía desde 1930.
Procesado por el general Uriburu (1931) y confinado en 1934 en Tierra del Fuego, de esta experiencia saldría su libro Archipiélago. A su labor docente y a la ingerencia en política acompañó una vasta producción de libros de poemas, estudios filológicos y folklóricos, que antes de la muerte comenzó a ordenar en cuarenta volúmenes.
Dispersos quedan aún muchos de sus trabajos e inéditos algunos, en especial manuscritos de memorias; su labor abarca casi todos los campos: la poesía, el ensayo filosófico, didáctico y político, la historia literaria y la crítica, el teatro, la oratoria, la estética y la filología. Como poeta se adscribe a la decadencia romántica en su paso hacia el modernismo, con un verso estentóreo y declamatorio que comienza con un tema histórico-filosófico en La victoria del hombre, donde los reflejos de la poesía romántica en cuanto al tema son notorios; Los lises del blasón (1911) cambia totalmente; en él encontramos una mayor intimidad, cierto patetismo, un afán de probar técnicas modernistas y ensayar juegos de rimas e hipermetría, cierto gusto por lo funambulesco de la decadencia finisecular francesa (Banville, sobre todo) y una ingenuidad sencilla en ocasiones, todo ello entremezclado: con "Oratorio laico", "Canto de la mañana de mayo", "Oda latina", "La respuesta de Loxias", "Oda a la bandera" —algunos de ellos puestos en música— retorna a la solemnidad de su primer libro que junto a Los lises del blasón y varios poemas ("Cantos de Perséfona", "Canciones"), escritos con posterioridad a 1911, forman el primer volumen de sus Obras bajo el título de Poesías (1923).
Con posterioridad, en el largo poema El albatros abordó la realidad argentina bajo el peronismo, considerando este movimiento político como profanador de los principios democráticos de convivencia y prefigurando para el futuro una nueva victoria del hombre. Mayor importancia tiene su labor en prosa; como Historiador se enfrentó a Manuel Gálvez, al europeismo internacional de finales de siglo, y se entregó a la búsqueda de una conciencia nacional derivada de los textos literarios de generaciones anteriores; de ahí salió precisamente su fundación del Instituto de Investigaciones Literarias Nacionales y su creación de la primera cátedra de literatura argentina. En este campo, además de numerosas biografías, prólogos a ediciones críticas de textos, su labor magua es La literatura Argentina. Ensayo filosófico sobre la evolución de la cultura en el Plata (1917-1922) en cuatro amplios volúmenes frecuentemente reeditados donde sigue los esquemas determinislas de Taine y los principios hegelianos según los concebía el historicismo de la segunda mitad de siglo; el prólogo al primer tomo insiste en estos puntos de partida al considerar a la literatuta "como una función de la sociedad argentina", ya que expresa "la conciencia colectiva del pueblo. Una literatura nacional es fruto de inteligencias individuales, pero estas son actividades de la conciencia colectiva de un pueblo, cuyos órganos son el territorio, la raza, el idioma, la tradición. La tónica resultante de estos cuatro elementos se traduce en un modo de comprender, de sentir y de practicar la vida, o sea en el alma de la nación, cuyo documento es la literatura. Pertenecen, pues, a la literatura argentina, todas las obras literarlas que han nacido de ese núcleo de fuerzas que constituyen la argentinidad, o que han servido para vigorizar este núcleo. En ese concepto de "argentinidad" conciencia ideal de un pueblo nuevo, bay mucho de misticismo racial y telúrico, que llevó a Rojas a ordenar sus volúmenes posteriores y sus obras complelas en función de "un eje común, América", articuladas en una circunferencia, "el horizonte de lo humano, que es la rueda ella misma"; así.
sus biografías de San Martín y de Sarmiento: El santo de la Espada; El profeta de la Pampa. Sus obras teatrales, Ollantay, Elelín, La casa colonial, La salamanca, reflejan restos pasados del folklore indígena, de la conquista o la colonia; sus meditaciones estéticas y sus análisis de la raza. Blasón de plata, La argentinidad, Eurindia (ensayo de estética fundado en la experiencia histórica de las culturas americanas), van configurando en la mayoría de sus volúmenes esta idea, al lado de Silabario de la decoración americana (1930), Los arquetipos (1912), El radicalismo de mañana 1931), a lo que deben unirse las obras históricas, los estudios sobre mítica y folklore y la reconstrucción de vidas históricas, que son sus obras peor tratadas por el paso del tiempo debido al deseubrimiento de datos nuevos y enfoques desde perspectivas más complejas y completas. Esa obra capital de su producción titulada Historia de la Literatura argentina se divide en cuatro partes: "Los gauchescos", "Los coloniales", "Los proscriptos" y "Los modernos. Si es cierto que la metodología positivista finisecular le lleva a errores porque desde la base es discutible, y si es cierto que posteriores investigaciones han puesto al descubierto algunas lagunas, lo que vale de la Historia de la literatura argentina de Rojas son los juicios del autor sobre determinados autores y la inmensa cantidad de documentos nuevos que es el primero en aportar en un vacío bibliográfico casi desértico. En cnanto a su prosa, algo enfática, ampulosa y solemne, tiene innegables elegancias que no merecen el calificativo de gerundiana que le endilgó Paul Groussac; está, hasta cierto punto, de acuerdo con ese ideal argentinista, místico y nacionalista que quería implantar; y pese a los nuevos métodos de investigación que lian refutado parcialmente sus teorías, la Historia de la literatura argentina queda como un esfuerzo pionero, fundamentalmente erudito, de la investigación argentina. Con esta idea nacionalista bay que vincuiar otros trabajos filosóficos o ideológicos de Rojas, como La restauración nacionalista (1909).
donde trata de "encarecer la devoción al ideal como contrapeso de los esplendores materiales", alentando la enseñanza centrada en el renacimiento de un espíritu nacional dividido en tres formas: uno instintivo, apegado a la tierra; otro religioso, de carácter ético, económico, y otro político. En Blasón de plata (1910) trató de penetrar en las raíces de esa argentinidad que encontró en el pasado indígena. En La argentinidad (1916) pretendió definir ese concepto desde presupuestos de Herder y a través de las distinlas épocas y conflictos de la convivencia argentina, derivando hacia conclusiones como que la democracia argentina no es resultado del empeño de unos hombres determinados, sino de una fuerza casi mliagrosa de una potencia mágica y soterrada que late en la sangre del pueblo desde 1810. En Eurindia buscó, partiendo de conceptos anteriores, la personalidad propia de América, que nuevamente encuentra en hechos telúricos, en "fuerzas creadoras de la tierra" que se imbrican en el hombre y alcanzan a toda la nación. Aplica las mismas cuatro etapas de su concepto de literatura: lo indígena, la colonia, la independencia y el cosmopolitismo, en los que intervienen cuatro factores interrelacionados: la tierra, la raza, la tradición y la cultura; de ahí que el resultado, Eurindia, sea una fusión armoniosa de razas y culturas "que dará lisonomía a todas las expresiones estéticas de la argentinidad", teorías que ilustró mediante sus hallazgos en el folklore, las artes plásticas y la poesía indígena en Silabario de la decoración americana. Este trabajo, pese a la mezcla de idealismo filosófico y del escaso rigor histórico, no dejó de suponer en su tiempo un aporte para la formación de una conciencia nacional, A este mismo concepto nacionalista ayudan sus obras de teatro: La casa colonial (en torno a la conspiración de Alzaga de 1812); La salamanca, que aprovecha una superstición popular también recogida como relato en El país de la Selva; Elelln, epopeya dramática de la conquista, y Ollantay, tragedia de los Andes (1939), reconstrucción moderna de un drama incaico en diversos metros; porque salvo La casa colonial, las obras teatrales de Rolas están en verso, empleando en una, Elelín, el romance como metro único. Otros títulos de Rojas son: El alma española; ensayo sobre la moderna literatura castellana (Valencia, 1907), donde pone de manifiesto su hispanismo repetido en libros más importantes, tanto filosóficos como históricos, por la necesidad que tiene Rojas de demostrar sus tesis nacionalistas como resultado del cruce de indígenas e hispanos; Cartas de Europa (crónicas de su viaje) (Barcelona, 1908); Cosmdpolis (París, 1908); El país de la selva (París, 1907); Los arquetipos; seis oraciones; Belgrano, Giiemes, Sarmiento, Pellegrini, Amechino, Guido Spano; La guerra de las naciones (Buenos Aires, 1924), Discurso (Buenos Aires, 1924), Las provincias (1927); El Cristo invisible (1927); Archipiélago; Tierra del Fuego, fruto de su estancia en el destierro (Buenos Aires, 1942); La entrevista de Guayaquil (Buenos Aires, 1950); Ensayo de crítica histórica sobre episodios de la vida internacional argentina (Buenos Aires, 1951); La victoria del hombre y otros cantos (Buenos Aires, 1951. edición definitiva de su poesía).
- (Ulises—). Escritor guatemalteco. Ha sido profesor de varios Institutos de su país y entre sus obras más importantes figura: Elementos de botánica general.
- —Acosta (Nicolás). Teólogo y naturalista argentino. Nació en Ensenada Grande (Corrientes) en 1873. Hizo sus estudios superiores en la Escuela Normal de Corrientes. Dedicbse a la enseñanza y se jubiló en 1927 de su cargo de profesor de Ciencias y Letras. Ostentó numerosas distinciones honoríficas y sus trabajos le llevaron a realizar importantes descubrimientos, tales como los que se refieren a la vida y la polaridad del cuerpo humano; los que establecen que la fuerza que sostiene a los astros hace instantánea la luz estelar en el espacio; sobre la lepra e instrucciones para su curación; sobre los remedios naturales de los ataques cardiacos, etc. Ha publicado obras de mucho interés con relación a sus descubrimientos, entre las que citaremos: Historia natural de Corrientes; Plantas medicinales de Corrientes; Pródromos de la flora argentina, en la Revista de Derecho; Plantas medicinales del Chaco; Las manchas solares y su influencia en la atmósfera terrestre; Diccionario de la lengua guaraní con la indicación precisa de la flora y ornitología; Curación de la sífilis por el doctor Bonpland en 1885, etc.
- —Acuña IManuel). Abogado y político filipino, presidente de la República de Filipinas. Nacido en Cádiz (isla de Panay), en 1892, cursó la carrera de Derecho en la que se doctoró en 1913. Fue sucesivamente gobernador de la provincia de Cádiz, presidente de la Cámara de Representantes, presidente del Senado y, finalmente en 1946, presidente de la República de Filipinas, declarada independiente en 4 de julio de dicho año. Durante la Segunda Guerra Mundial, tomó parte en la guerra del Pacífico, fue ayudante de campo de Mac Arthur, y alcanzó el grado de general de brigada. Ocupó, además, el cargo de ministro de Hacienda, y fue considerado como el mejor economista de Filipinas. Murió en Manila, siendo presidente de la República, en el año 1948.
- —Arreóla (Luis Manuel). Jurisconsuíto y escritor mexicano. (Ahualulco, Jalisco, 1871-México, 1949), Ha logrado sobresalir en política y contribuyó a la modernización del periodismo de su país con la fundación de varios rotativos modelos. De su labor como escritor citamos: Páginas íntimas; Enrique Lunar; La apología de Francisco I. Madero.
- —Carraseo (Guillermo). Erudito y escritor chileno, rector del Liceo de hombres de Copiapó (Chile). Débensele un notable estudio sobre La novela picaresca en la literatura española, y una extensa y documentada historia del establecimiento docente que dirige.
- —Clemente y Rubio (Simón de). Naturalista español. Asociado a La Gasea desde 1800, emprendieron juntos importantes estudios botánicos, especialmente acerca de las plantas criptógamas y de los cereales. Más tarde pasó a París y Londres con Domingo Badia (quien después recorrió África y Asia con el nombre de AliBey) y ambos formaron en Francia e Inglaterra dos herbarios que, divididos en nueve tomos, enriquecieron las colecciones del Jardín Botánico de Madrid. En 1803 emprendió Badia su viaje al África y Rojas Clemente se quedó en España continuando sus estudios favoritos en diversas provincias y en particular las de Andalucía. Fue nombrado bibliotecario del Jardín Botanico de Madrid en 1815. Débensele, además de una reimpresión de la Agricultura general de Herrera, a la que puso interesantes adiciones, un Ensayo sobre las variedades de la vid común, que vegetan en Andalucía, un Nomenclátor ornitológico español y latino, etc. Nació en Titaguas (Valencia) en 1777; murió en Madrid en 1827.
- —Chaparro (Luis Fernando). Dibujante chileno, nacido en Valparaíso en 1857. Fue el primer dibujante litográfico de su país y ha ilustrado las páginas de las revistas El Fígaro, Diógenes, El Taller Ilustrado, La Revista Cómica, La Chispa Roja, La Lira Chilena, e infinidad de obras, entre ellas: Los héroes del Pacífico, de Ramón Pacheco: Álbum de la Gloria, de Vicente Mackenna; Diario biográfico, de Pedro Pablo Figueroa; La generala Buendia, de R.
Pacheco: Álbum militar, de V. Mackenna, etc. - —de Sandoval (Francisco). Político español. Véase Sandoval y Rojas (Franciseo de).
- —García (Francisco de). Prelado, orador y escritor español. Perteneció a la Orden de eapuchinos, y con el nombre de Padre Lorenzo de Mollina gozó de gran popularidad como misionero y notable orador sagrado. Evangelizó las tribus selváticas de la América Central y es autor de Obras predicables, que forman varios gruesos volúmenes, Mi viaje a Tierra Santa, etc. Fue Protonotario apostólico, árcade romano, etc. Nació en Mollina (Málaga) hacia 1850.
- —Garrido (José María). Presidente interino de la República de Colombia, por ausencia del jefe del Estado, desde el día 1 de abril hasta el 20 de mayo de 1866. Abogado, orador y poeta, ejerció el cargo de ministro de Estado y el de ministro de la Suprema Corte de Justicia y figuro en varias legislaturas entre los individuos del Congreso Nacional de Colombia. Nació en Agrado (Tolimo) en 1824; murió en Bogotá en 1883.
- —González (Franeiseo). Escritor mexicano. De su producción sobresalen las obras: Historia de un frac; El pajareador, y, sobre todo, La negra Angustias, que en 1944 obtuvo el Premio Nacional de Literatura. (1903-1951).
- —Guardia (Pablo). Poc ta venezolano, autor del libro Poemas sonámbulos.
- —Hunecus (Francisco). In geniero agrónomo y escritor chileno, que nació en Valparaíso en 1877. Cursó los estudios de Ingeniería en el Instituto Agronómico. En 1898 fue nombrado director de la Escuela Agrícola de Concepción; en 1903, jefe de la Estación agronómica de Santiago, y en 1913, director de la Quinta Normal de Agricultura y del Instituto Agronómico. En 1915 obtuvo el cargo de director de los Servicios Agrícolas de Chile. Fue uno de los que patrocinaron la fundación de una Universidad agrícola. Se jubiló en 1929. Se le deben, entre otras, las siguientes publicaciones: Química general; Apuntes de Química agrícola; Fabricación de la mantequilla; Análisis cualitalivo; El estado de la agricultura en Chile, etcétera.
- —Paúl (Juan Pablo). Presidente de la República de Venezuela (5 de julio de 1888 a 20 de febrero de 1890). Ministro de Hacienda durante el mando de los presidentes Blanco y Crespo (1880-1884) y cuando la segunda presidencia de Blanco (1887), él mismo fue elegido presidente de la República en 1888, manteniendo a duras penas el orden, y a la expiración de su mandato, transmitió el poder al doctor Palacio. Como éste conservara indebidamente el gobierno. Rojas Paúl ayudó al general Crespo a derrocarlo.
Nació en Caracas (Venezuela). (1829-1905). - —Paz (Pablo). Escritor argentino (Tucumán. 1896-Buenos Aires, 1956). A su Hegada a Buenos Aires en 1920 se vinculó a los grupos vanguardistas, en especial a "Martín Fierro", y a "Proa" revista que fundaría junto a Borges, Guiraldes y Brandán Caraffa (1924); también fundó "La Gaceta de Buenos Aires" además de participar en la de "Argentina Libre" y del diario "El mundo"; director de la revista "Azul", perteneció a las redacciones de "Crítica", "Noticias Gráficas" y colaboró además en "Nosotros", "Sur", "La Prensa", "La Nación", "El Hogar", "Ficción", etc. Su dedicación al periodismo desde la juventud hizo su nombre popular por sus crónicas de fútbol en las páginas de "Crítica".
Su labor personal se orientó hacia la narrativa, el ensayo y la crítica, escasamente rigurosa en el caso de sus biografías, hechas desde perspectivas impresionistas con excesiva imaginación: Echeverría, el pastor de soledades (1951); Alberdi, el ciudadano de la soledad (1941), Martí, pasión de libertad y Simón Bolívar (1945).
Como ensayista sobre temas libres o teóricos, mantiene esa misma característica impresionista, que sabe sintetizar sus ideas con cierta temeridad para terminar exponiendo problemas o formular opiniones personales sobre literatura o política, sobre la vida espontánea y sus problemas, sin entrar nunca en la erudición: a este campo pertenecen Paisajes y meditaciones (1924), La metáfora y el mundo (1926) donde pone de relieve su vanguardismo; El perfil de nuestra expresión (1929) donde indaga sobre uno de los temas predilectos del grupo martinfierrista, la problemática de la nacionalidad, tema articuíador también de El canto de la llanura; meditaciones pampeanas (1955); en El libro de las tres manzanas (1942) y en Cada cual y su mundo (1944) aborda culturas diversas. Hay ensayos donde las búsquedas sobre la nacionalidad se mezclan a elementos folklóricos y costumbristas como en Biografía de Buenos Aíres; Usos y costumbres del campo argentino; Hombres y momentos de la diplomacia universal; Ideario de Alberdi. Al lado de estos ensayos hay que situar al narrador: se había iniciado en 1928 con un tomo de relatos. Arlequín, al que seguirían El patio de la noche (1940) y El arpa remendada (1945).
En 1930, partiendo de características y temas semejantes. Rojas Paz abordó la novela con Hombres grises, montañas azules (1930) seguida por Hasta aquí, no más (1936), Raíces al cielo (1945), Los cocheros de San Blas, sangre y tinta (1950) y Mármoles bajo la lluvia, entre las que destacan las dos últimas. Rojas Paz ha puesto en estas novelas un énfasis mayor en el compromiso social de sus personajes, en la descripción de ambientes dominados por la injusticia y la miseria; y sin embargo, no es un novelista naturalista o realista en el sentido usual del término, sino que pertenece más bien al grupo de escritores cuya característica. principal ha sido definida como "realismo mágico", porque ahondan la realidad superficial de los hechos externos para dar la otra, oculta por el entramado de causas desconocidas y concatenadas; así en Hasta aquí, no más narra los conflictos que surgen en torno a la explotación de los ingenios azucareros; pero no son elementos incardinados en una realidad cotidiana; sus protagonistas: el indio, el mestizo, el extranjero, responden a tipos Suprahumanos.
En Hasta aquí, no más el caciquismo provinciano está pintado con una fuerza dramática y lealista a la vez; la crudeza con que se describen los turbios manejos del caudillo provinciano, que recurre a la picaresca más soez para triunfar, se compensa con el antinaturalismo de muchos hechos sólo entendidos mediante la lógica del misterio, de lo infra o lo suprarrenal como agentes válidos de la realidad. Otros títulos de Rojas Paz son El laurel de los días: vida de un hombre que se bastó a sí mismo; Lo pánico y lo cósmico. - —Pinilla (Gustavo). Militar y político colombiano nacido en Tunja (Boyará) en 1900. Alcanzó el grado de general en 1949, y ocupó varios altos cargos, entre ellos el de ministro de Comunicaciones. En junio de 1953 promovió un golpe de Estado que obligo al presidente Laureano Gómez a dimitir, y se hizo cargo del poder. En agosto de 1954, la Asamblea Constituyente Nacional le eligió presidente de la República para el período 1954-1958, y en marzo de 1957 fue reelegido para desempeñar un nuevo mandato, pero dos meses más tarde, a consecuencia de unos disturbios ocasionados por la oposición resignó sus poderes en una junta militar y se expatrió, trasladándose a España Regresó a su país en Octubre de 1958 con el propósito de defenderse de las acusaciones que le hacían, y en abril de 1959 se le juzgó por el Senado, condenándosele a la pérdida permanente de sus derechos políticos y se le privó de su rango militar. En 1963 fue detenido y trasladado a una posición militar en la frontera con el Ecuador acusado de preparar un golpe de Estado, pero más tarde fue puesto en libertad. Murió en Colombia en 1975.
- —Sarmiento (Juan de). Matemático español del siglo XVI, inventor de un nuevo género de astrolabio que se usó en toda Europa, y el cual tenía para todas las observaciones grandes ventajas sobre todos los conocidos. Débesele también la obra Illustri vivi Joannis de Rojas commentarium in astrolabium, quod Planisphcerium vocant, libri sex nunc primum in lucen editi.
- — Sepulveda (Manuel). Escritor chileno, que nació en la Argentina. El Jurado designado por la Universidad de la Concepción para premiar el mejor libro publicado en 1929 le otorgó el premio a su cuento El delincuente. Antes había publicado algunos versos, colaborando en revistas como Z, La Pluma, Neuman y Claridad; Hombres del Sur es una colección de cuentos que publicó en 1927.
También se le debe el poema Tonada del transeúnte y la novela La ciudad de los Césares. (1896-1973). - —Villandrado (Agustín de). Literato español (Postigo de San Martín, Madrid, 1572-Paredes de Nava, 1635). Llevó una vida llena de aventuras y actividades: a los catorce años abandonó el hogar materno (su padre lo había abandonado con anterioridad), para dirigirse a Andalucía donde se alistó como soldado para luchar en Francia; pero la nave en que viajaba fue arrastrada por una tempestad hasta las coslas de Bretaña; mas tarde se sublevaron los forzados de la galera en que iba y fue reducido a cautiverio, siendo canjeado por diez o doce rocheleses condenados. De regreso a España, en Málaga mató a un hombre, por lo que hubo de acogerse a sagrado, de donde fue sacado por los trescientos ducados de una belleza a la que ni siquiera conocía.
Rojas pediría luego limosna para sustentarla. Roba, vive, trabaja entonces de cómico por Valladolid, Sevilla y Granada (donde prohibidas temporalmente las comedias, abrió una mercería "sin saber lo que era").
Tampoco se supo de qué vivía, por lo que se le conocía con el título de "El caballero del milagro". En 1602 se hallaba en Valladolid, donde casó con Ana de Arce, a quien dedicaría su Loa del viernes, muy comedida en sus juicios sobre la mujer. Desde ese momento cambió de vida y fue honrado con importantes cargos públicos como escribano de Zamora (1607), y de la Audiencia del Adelantamiento de Castilla (1618), notario público de la Audiencia Episcopal de Zamora (1611).
Dejó además varios libros, como la comedia El natural desdichado, la obra El viaje entretenido y El buen repúblico. El natural desdichado apenas posee interés, aunque repite el cuento que serviría a Calderón para La vida es sueño; el gracioso Mogrollo cae borracho en la calle y descubierto por el emperador Vespasiano, es vestido de monarca y la acción sigue igual que en Calderón. Las loas son una expresión auténtica de Rojas y abren todo un panorama de temas; posteriormente fueron muy imitadas; de especial interés son por ejemplo la Loa de la Comedia, la Loa autobiográfica del Caballero del milagro, pero para él no tenían gran mérito. Al lado de una loa de la casa de Austria tenemos otra dedicada a la dentadura y sus remedios. Algunas de sus loas están incluidas en El viaje entretenido, donde destacan por ejemplo la Loa a Granada y la Loa a la mujer tuerta; de hecho las ponía al alcance de los cómicos para ser representadas o recitadas. En total el número de sus loas alcanza a treinta y ocho en prosa, y cuatro en verso, donde aparecen influjos de Guevara en los conceptos morales. Hay ocasiones en que no se trata de monólogos, sino que necesitan de varios actores para ser representadas, convirtiéndose entonces en pequeños entremeses; también es variable el número de sus versos, desde 96 en la más corta hasta 408 en la más larga. El buen repúblico apareció en Salamanca en 1611 pero fue prohibido por la Inquisición por la excesiva credulidad que el autor daba a horóscopos, aplicados a cuestiones de gobierno. Escrito en forma epistolar del autor a dos amigos suyos, según Crowell que ha estudiado el único ejemplar existente en la Biblioteca del Escorial, es una masa prolija que abarca temas políticos, religiosos y filosóficos, sin gran tino. Le obra por la que Rojas Villandrado ocupa un puesto en la literatura española es El viaje entretenido reportaje entre otras cosas de la vida de la farándula de la época (Vésse Viaje entretenido. El). - —Vincenzi (Ricardo). Escritor costarriqueño, autor de tres libros de ensayos muy notables: Crítica literaria. Mosaicos y Flores de almendro. En estos breves estudios campea un espíritu abierto y culto.
- —y Zorrilla (Francisco de). Dramaturgo español (Toledo, 1607-Madrid, 1648). Nada se sabe de la infancia y juventud de Rojas Zorrilla, pero se supone que debió estudiar en Alcalá y Salamanca. En 1631 le encontramos en Madrid, donde había estrenado ya algunas piezas aplaudidas no solo por el vulgo, sino también por Felipe IV, a quien Rojas alabará en un Anfiteatro de Felipe el Grande junto con otros ochenta y nueve poetas, con motivo de haber matado el monarca un toro de un arcabuzazo. Felipe IV protegió a Rojas y pronto las comedias de éste subieron a palacio; siendo lisca! de unos vejámenes en los festejos y agasajos con que se honro a la princesa de Carignan (febrero-marzo de 1637), su sátira contra los colegas fue tan dura, al parecer, que alguno de los ofendidos o alguna mano pagada propinó a Rojas varias cuchilladas que le llevaron al borde de la tumba (24-IV-1638).
Durante la convalecencia habría de escribir Entre bobos anda el juego. En 1640 casó con doña Catalina Yáñez Trillo de Mendoza; antes el poeta había tenido una hija natural de María de Escobar, mujer de un cómico también llamado Francisco de Rojas; hija que sería famosa en las tablas con el nombre de Francisca Rezón, la Bezona.
En ese mismo año de 1640 y para el estreno de un nuevo teatro construido con todo lujo, compuso por encargo la comedia Las bandos de Verona. El monarca, satisfecho con el dramaturgo, se empeñó en concederle el hábito de Santiago. En 1644 desolado el monarca por la muerte de su esposa, Isabel de Borbón, y poco más tarde por la de su hijo, ordenó clausurar los tablados, que no se abrirían ya en vida de Rojas Zorrilla, fallecido de forma repentina en 1648. En 1640 y 1645 publicó dos partes de sus comedias, dejando otras muchas manuscritas o diseminadas por otras colecciones: setenta comedias y quince autos-sacramentales nos han llegado con su nombre, aunque bay varias atribuidas que no parecen ser suyas y otras escritas en colaboración con Calderón, Coello, Mira de Amescua, Vélez de Guevara, Solis, Belmonte, etc. De toda su producción solo se repone hoy media docena escasa de comedias, pese a que la dramaturgia de Rojas presenta caracteres diferenciadores respecto a sus demás coetáneos y especiales rasgos debidos a su personalidad: Rojas es, por ejemplo, el trágico por excelencia del teatro dorado; ningún otro tiene su violencia para los desenlaces, basta el punto que llena de sangre la escena como los románticos. El clima de tragedia viene dado en Rojas por la temática de esos dramas pasionales en que venganza y honor subyacen siempre en el fondo. Ahora bien, esto mismo puede decirse de los grandes dramas de Lope o Calderón; es que Rojas a diferencia de éstos, que con el nudo pasional por medio, eiaboran una tesis social o religiosa, sitúa los personales en su dimensión pura y estrictamente humana; unos seres que, impuestos en las normas sociales y en los imperativos religiosos que han asimilado, actúan conforme a sus impulsos instintivos hasta el fin, basta la destrucción total del ofensor; así, en Progne y Filomena, donde las dos mujeres, esposa y cuñada, vengan el adulterio del marido y la violación, descargando de consumo el puñal sobre el cuerpo de Tereo. Y lo más importante no son las dos mujeres, hecho que también tiene su punta de novedad en la escena, sino los razonamientos que conducen a ambas a la venganza. Otro rasgo es la preponderancia que cobra la mujer en sus dramas, hasta el punto de haberse hablado de feminismo, de "emancipación de la mujer"; la frase no es justa si tenemos en cuenta la época, pero trata de subrayar la gran diferencia entre Rojas y sus contemporáneos en cuanto al enfoque de los comportamientos femeninos y dejando a un lado a Tirso, que profundiza psicoldgicamente en ellos, las mujeres de Rojas se equiparan sobre las tablas al hombre; son ellas quienes vengan su amor ofendido, al tiempo que acompañan su acción de unos razonamientos propios, individuales, muy alejados de normas y costumbres: de este modo la venganza cobra mayor dimensión humana al personalizarse en los recovecos mas íntimos de las protagonistas. Otro detalle característico en Rojas es el fino sensualismo que desprenden las acotaciones marginales, con una pizca de sexualidad que apuntan levemente las instrucciones que da para vestidos, luces, etcétera. Tales características pueden aprecíarse en sus tragedias mitológicas o de historia antigua como Lucrecia y Tarquino, Numancia destruida.
Los encantos de Medea, con influjos de Séneca, la citada Progne y Filomena, Los áspides de Cleopatra y, sobre todo. Morir pensando en matar, con una protagonista femenina, Rosimunda, enérgica e intrépida y un clima de tragedia romántica donde todos los protagonislas terminan muertos; Albisinda es otro carácter firmemente dibujado en cólera de fuego, que no ocupa más papel por ser secundario; pero RDjas la dibuja en una definición barroca, de abundantes imágenes.
La citada Las áspides de Cleopatra, es también una pieza romántica inundada por un ambiente lírico en el que se inserta como viento huracanado la pasión de Antonio y Clenpatra, fatum griego que destruye inexorablemente a ambos; la necesidad de narrar hechos extraños a la esfera de los dos amantes (la suerte de las lucbas, etcétera), presta a la comedia un carácter descriptivo lleno de imágenes y colorido. El mismo intento de humanización se observa en los tres dramas: No hay padre siendo rey, El Caín de Cataluña, El más impropio verdugo por la más justa venganza, cuyo nudo plantea los conflictos entre generaciones, entre padres e hijos; el desenlace enfrenta al padre a una solución humana, no justa externamente porque la justicia exterior supondría el castigo del cainita; en medio del muerto y del vivo el padre ha de ecliar mano de su condición para perdonar o castigar, con lo que se enfrenta a una página no escrita en el libro de las normas.
No hay padre siendo rey, está interpretada por nueve personajes que cumplen una acción parecida a La piedad en la injusticia, de Guillen de Castro; el príncipe matador sale del conflicto trágico como rey, porque el padre renuncia al trono: es una pieza de acción novelesca basada en el equívoco. En El Caín de Cataluña el padre firma la sentencia de muerte de su hijo; pero inquieto, entre grandes dudas, acude a la prisión. Tal comportamiento, además del crimen cometido, que en este caso no es un error, sino intencionado, condenan a Berenguel a la muerte escénica que recibe de manos de los guardianes de la prisión tras predicciones agoreras, sombras y obscuridades. El Caín de Cataluña es superficial y efectista, con todos los defectos del Rojas trágico. Cabe destacar por otro lado, el dialecto agermanado de dos tipos cómicos, Cardona y Camacho, y especialmente las bravatas del primero en la cárcel entre gente de gallofa. El más impropio verdugo por la más justa venganza, es una pieza menor, de gran derroche y excesos verbales, con un personaje excesivo y de folletín, que aborrece a su padre gratuitamente para poder ser un monstruo de maldad, calidad que no alcanza por su falta de profundidad. Si en estas piezas hay novedades temáticas e ideológicas de importancia, no ocurre igual con las tragedias de honor, las más conocidas de Rojas, en las que resuelve según criterios tradicionales los asuntos: Casarse por vengarse, se pliega al sentimiento del honor en que Lope había educado al público; el marido actúa de médico de su honra sin más complicaciones porque la venganza, realizada precisamente con la falsa pared-puerta que servía a la esposa adúltera para sus entrevistas, parece casual. Cada cual lo que le toca, además de presentar a la mujer como vengadora de su afrenta (un seductor que incumple la promesa de matrimonio) adelanta un paso hacia la humanización; según las normas, el marido no podía perdonar una vez conocida la falta. Rojas osó hacerlo y recibió la repulsa de un público no acostumbrado a tales desenlaces. De esta forma el dramaturgo se enfrentaba con sus ideas sobre el tema a la costumbre, pese a que Lope la hubiera remachado constantemente; aunque de hecho sean las mismas de la época. Pero Rojas amplía el concepto del honor a la mujer, con lo que la actitud pasiva de ésta se convierte en activa y genera el crimen. Le pieza más famosa de Rojas, Del rey abajo ninguno y Labrador más honrado García del Castañar, cuya paternidad ha sido puesta en duda recientemente por el estudioso más moderno del autor, Raymond R.
Mac. Curdy, participa en la trama de El villano en su rincón, de Lope; de El celoso prudente, de Tirso, y de La luna de la sierra de Vélez de Guevara; las concesiones al público son manifiestas y entroncan con el teatro más lopesco; el personaje, creyéndose ofendido por el rey, trata de lavar la afrenta en su esposa, que lia de huir a la corte, donde don García se entera que ha sido un caballero y no el monarca quien intentó conseguir los favores de la mujer. El honor es llevado aquí basta sus últimas consecuencias, pero no de la manera fría y codificada de un Lope, o, sobre todo, de un Calderón; Rojas humaniza esta lucha de García del Castañar al mostrar al héroe atenazado por las dudas, por el dilema de la injusticia de su acto, por la tortura cruel del pensamiento: es una lucha corneilleana entre el amor y el deber que no alcanza extremosidad trágica por intervención del destino. De todas formas bay un error en el planteamiento de la pieza, derivado del concepto calderoniano del teatro: lo ideológico se superpone a lo dramático, con lo cual quedan menoscabadas las realidades y verdades escénicas de personajes y situación; si la obra tiene méritos, lo cierto es que también cuenta con errores de construcción, errores dramáticos que restan mérito a esta pieza que hubiera podido ser maestra: el honor es convencional y la aplicación de un verso: "No soy quien piensas, Alfonso/no soy villano", de García sacrifica la dimensión sociopolftica de la pieza, pues Lope y Vélez de Guevara ya habían situado al Villano en una situación pareja a la del noble. El planteamiento de la obra está perfectamente medido: camina paso a paso hacia el desenlace con análisis detallados de los protagonistas y una lozanía de dicción que, si a veces se intrinca por caminos barrocos y gongorinos, siempre posec una frescura campesina, justamente celebrada, como en los dos sonetos en que Blanca y García se dicen ternezas. Al lado del drama de honor y del honor conyugal entre Blanca y García cabe señalar el sentido horaciano del marco rústico, adornado con los tópicos al uso, desprecio de la riqueza, etc. En la vertiente cómica, de habilidad y soltura grandes, la personalidad y originalidad de Rojas, quedan por debajo de las de otros contemporáneos; aparte de que trabaja sobre temas ya explotados, no aporta soluciones nuevas. Sus comedias se limitan a divertir con enredos hábiles, animación, travesuras y abundante gracia. Pero consigue espléndidas situaciones dramáticas, gracias al dominio de los recursos escénicos y lingüísticos, a su palabra escénica, rica en equívocos, en creación de situaciones donde no domina tanto lo cómico como lo irónico; y también por su adaptación de tipos característicos de una sociedad, y casi universales. Primero los delinea sabiamente por su aspecto exterior, concorde ya con el carácter sobre el que va a caricaturizar: la descripción es irónica por ejemplo en don Lucas. Cierto que hay clisé; pero ya ha definido caricaturescamente al personaje y el espectador sabe a qué atenerse.
La más conocida. Entre bobos anda el juego, saca a escena al figurón, que dará pie a un tipo de comedia, así calificado: don Lucas es el primer viejo avaro y miserable que se pierde en amores por una joven, mientras ésta pone sus ansias en otro personaje más merecedor de ellas por razón y lógica. Molière convertiría a este figurón en arquetípico. Incidentes de todo género, equívocos, Situaciones originadas por falsas apariencias con aclaraciones finales, etc., son también los piñones que engranan otras comedias, como Abre el ojo, Lo que son mujeres. Obligados y ofendidos y gorrón de Salamanca, No hay amigo para amigo, etc., en las que Rojas tiende, con mayor propensión aún que Lope y su escuela, hacia lo Caricaturesco. Donde hay agravios no hay celos, se basa en una sostenida situación de equívocos y en la mezcla de rasgos patéticos a otros bufonescos: la prodigiosa habilidad escénica, que crea la comicidad en la pieza, lo grotesco, un humorismo rayando en socarronería a veces; igual complicación afecta a No hay amigo para amigo, sobre un conflicto de amor; Obligados y ofendidos parte de una desigualdad social, descaradamente recitada en la primera escena. Luego, la acción se desarrolla por cauces cómicos o trágicos, con mucho de acción urbana; al realismo del primer acto y planteamiento severo del concepto del honor, hay que añadir la carta de Pedro, hermano de Fénix y matador del hermano del conde, a su padre, en que le alega que "yoesa merced tiene obligación de sustentarme, que yo no le pedí que me engendrase".
Este doble conflicto se unirá luego en una acción cómico-novelesca que olvida lo anterior para engolfarse por un esquema que esboza el mundo del hampa y resuelve la situación con casamientos. Rojas escribió además varios autos de los cuales sólo conocemos el título: fueron escritos en la última etapa del poeta, y apenas si poseen interés aunque tengan aciertos parciales; la peculiaridad más curiosa es que siguen a Tirso y Mira en argumentos y motivos, en vez de a Calderón, aunque Valbuena afirma lo contrario. De hecho. Rolas solo capta de Calderón la parte externa y se entraña más en la parte realista que en el legorismo y la abstracción; evidentemente, los autos no iban con la médula dramática de Rollas, que los escribió por compromiso para las fieslas del Corpus, dado su cargo de dramaturgo casi oficlal.
Algunos de sus títulos son El hércules, El gran patio de palacio. Los acreedores del hombre, El caballero de Febo (caballeresco), etc. Más interés tienen sus dos comedias de Santos Santa Isabel, reina de Portugal, y La vida en el ataúd, aunque también demuestran la indiferencia de Rojas por los temas religiosos: de hecho se limita a secuiarizar esas hagiografías haciendo hincapié en los aspectos realistas, con escenas amorosas y humanas para los episodios y personales femeninos bien delineados: el drama de la reina portuguesa, por ejemplo, se vertebra en torno a una cuestión no religiosa, sino de carácter, al alzarla en escena como mujer corpórea que defiende ante todo su matrimonio y su dignidad femenina.
Análisis sintáctico de "Rojas"
A nivel sintáctico, esta es la clasificación de "Rojas" teniendo en cuenta también las posibles variantes:
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Frecuencia de uso de "Rojas"
Uso en películas
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Uso en libros (hasta 1923)
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Uso en Wiktionary
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Geografía enciclopédica
Rojas
- Villa con municipio, del partido judicial de Briviesca, en la provincia de Burgos. 210 habitantes. Cereales, manzanas, nueces.
- Partido de la provincia de Buenos Aires, en la República Argentina. Extensión 2.067 km3; población 20.700 habitantes. Centro administrativo Rojas,.
- Localidad de la República Argentina capital de este partido. 10.080 habitantes.
- Población de Cuba, perteneciente al municipio de Calbarién, en la provincia de Las Villas. 400 habitantes. Caña.
- Cantón de la República de El Salvador, en el departamento de Cabañas. 550 habitantes.
- Distrito del Estado de Barinas, en Venezuela. Comprende 3 municipios. Extensión 1.131 km2; población 10.300 habitantes. Centro administrativo Libertad.
- —de Cuauhtémoc, P. de México, en el Estado de Oaxaca, con municipio de 650 habitantes.
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