¿Qué significa certeza?

[cer-te-za] [θeɾˈteθa] [θɛrˈteθa]

Diccionario

certeza

1. [femenino] Conocimiento seguro y evidente de las cosas.
2. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar. [definición académica].

certeza

Más información.— La certeza es un problema que llena toda la historia de la filosofía: un problema de lógica y de metafísica indivisamente, muy discutido, pero no resuelto en absoluto en el día de hoy. Balmes le dedica gran parte en el primer tomo de su Filosofía fundamental sin dar solución. Sienta premisas claras y convincentes que encierran elementos que la moderna criteriologia puede utilizar para hallarla, materiales para su construcción, digámoslo así, pero no da una solución categórica. Los antiguos filósofos salían del paso sin conceder gran importancia a la certeza, pretendiendo hallar su solución en las facultades cognoscitivas que se les ofrecían.

"Estas facultades —decían—, ordenadas para conocer la verdad por su naturaleza, nos hacen dueños de ella, y es imposible —seguían diciendo— inculpar a la naturaleza de habernos dado instrumentos mótiles." Estas concepciones se derrumbaron por su base cuando la luz de la filosofía iluminó nuevos senderos para alcanzar el valor objetivo de las facultades cognoscitivas. Según no pocos, la certeza es ni más ni menos que una verdad demostrada; pero si consideramos cierto este criterio, nos veremos obligados a estimar como dudosas todas las verdades intuitivas, empíricas y racionales, que son ciertas por sí mismas y sirven de base a toda demostración. Otros dividen la certeza en subjetiva y objetiva, lo cual es inadmisible, porque la certeza existe o no existe, es o no es, sin que admita variedad de modos ni de grados, y aun en el caso de tener distintas especies, al llegar al máximo de lo evidente son iguales entre sí, alcanzan el mismo valor. Por ejemplo: la evidencia de las matemáticas es distinta de la de las verdades morales, pero ambas descansan sobre la misma base, en la conciencia racional, y aceptando la mencionada división, existiría la posibilidad de dividir o separar las esferas de la certeza, haciendo de ella las clases metafísica, física, moral y de sentido común, con independencia de los asuntos referidos, y, en fin de cuentas, el fundamento de la certeza será siempre el mismo: la conciencia. Es indudable que la certeza se nos presenta siempre como el estado que produce en nosotros la verdad, cuyo estado, consiste en el conocimiento de la verdad por lo que conocemos de ella, o sea por la conciencia que de ella tenemos.

El saber el qué y el por qué de las cosas es una verdad reflexiva que parece alcanzar la certeza, pero no lo es por ser sólo conformidad; es el entendimiento que se conforma con la cosa, mientras que la certeza requiere convicción de que se posee la verdad, y por ello, firme apoyo en motivos que aparten toda duda sobre ella, toda zozobra de ánimo. Si nos damos un pequeño paseo por el tan vasto como espinoso campo de la filosofía, veremos en la antigüedad griega a Protágoras (principal representante de la sofistica escéptica), negar la certeza; a Gorgias de Leontini, quien apoyándose en los principios de Parménides (representante máximo de la escuela eleática), destruye el escepticismo sofistico para caer en la filosofía dogmática; veremos a los llamados "académicos", salidos de la escuela de Platón y capitaneados por Pirrón, el primero de los escépticos griegos, divididos en dos grupos, el primero de los cuales comprendía a los más radicales, quienes negaban la posibilidad de alcanzar por el entendimiento la certeza, y el segundo a quienes no querían aventurar juicio alguno con relación a esta idea, por cuanto la ignorancia de motivos suficientes les obligaba a esta actitud prudente. Veremos cómo del escepticismo clásico y del dogmatismo nace la nueva tendencia filosófica del "probabilismo" para desaparecer con el problema de la certeza en los primeros tiempos y reaparecer de nuevo con el Renacimiento de las escuelas de la antigüedad. Descartes, partiendo de la duda metódica, llega a la evidencia racional de la verdad, que confirma con la veracidad divina, de la que son partidarios Fenelón, Espinosa, Malebranche, Bossuet y en cierto modo Leibnitz, al fundamentar la certeza en los elementos razón y contradicción. Hume consigue colocar la certeza en contacto con la creencia. Kant deja el dogmatismo para abrazar la filosofía propiamente científica, con la afirmación de que la ciencia cuenta con la certeza dentro de sus dominios, con la metafísica como motivo de creencia, rnientras Wolff nos asegura a pie juntillas que "la creencia y la certeza no son posibles más que dentro de los límites del mundo fenomenal".

Veremos cómo a Fichte (reformador de la filosofía de Kant, cuyo sistema reforma radicalmente), a Hegel (cuyo sistema filosófico es el más vasto del siglo XIX y para quien la filosofía es la idea de lo absoluto (razón, idea, espíritu), y a Schelling (cuya filosofía ocupa un término medio entre Fichte y Hegel), se opone la filosofía positivista que pretende hallar la certeza en la clasificación de los fenómenos considerados aisladamente; y en fin, veremos a los escolásticos, con escuela de espíritu exclusivo en sus doctrinas, en los métodos o en el tecnicismo científico, dividir la certeza en mediata e inmediata; en metafísica, física o moral; en subjetiva, en cuanto que el objeto persuade al entendimiento que juzga y conoce, y en objetiva, en cuanto que el objeto persuada al entendimiento y le convenza de la verdad. Los veremos afirmar que en la exposición de estas nociones acerca de la certeza y de sus divisiones, no caben juicios ni opiniones; que el "pirrismo" es una aberración, los llamados "académicos", una confusión, los "escépticos", una locura, y la duda metódica, una filosofía incompleta. Algunos filósofos modernos han pretendido definir la certeza desde el exclusivo punto de, vista de la lógica, es decir, con la sola expresión de los principios de la prueba y de los métodos de investigación científica, como dice Stuart Mill en su concepto de lógica; y, llevados de esta idea, llegan a la afirmación de que la certeza se puede definir concretamente como una verdad evidente, o más claramente, como una verdad cierta, sin la menor duda, clara, patente, manifiesta, demostrada e incuestionable; pero para llegar al conocimiento de todas estas cualidades que debe reunir la verdad será imprescindiblemente necesario que a la lógica acompañe la metafísica, y nos encontrarernos en el mismo sitio de antes.

De todas maneras, es justo confesar que si bien la exigencia lógica-metafísica, de la cual depende la verdadera certeza de nuestras percepciones, con la sensación interior que resulta de una impresión material, hecha en nuestros sentidos al verificar o comprobar nuestro conocimiento mediante el acuerdo de la especulación con la experiencia, no resuelve completamente el problema de la certeza, sigue, sin embargo, su fecunda dirección hacia una clara y concisa solución.

Sinónimos de "certeza"

Análisis sintáctico de "certeza"

A nivel sintáctico, "certeza" se puede clasificar de la siguiente forma:

Frecuencia de uso de "certeza"

Uso en películas

Uso en libros (hasta 1923)

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