¿Qué significa Arté?

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[Ar-] [ˈarte] [ˈaɾte]

Palabra derivada del latín ars, artis, y este calco del griego τέχνη. Ver también comedia del arteco, mediante del arte, copla de arte mayor, galería de arte, licencia de artes, maestro en artes, mujer del arte, verso de arte mayor, verso de arte mayor castellano, verso de arte menor.



Diccionario



arte

  1. [ambiguo] Virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa.
  2. Acto por el cual el hombre, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa lo material o lo inmaterial, y crea, copiando o fantaseando.
  3. Todo cuanto se hace por habilidad del hombre.
  4. Conjunto de reglas para hacer bien una cosa.
  5. Cautela, maña, astucia.
  6. Véase Mujer del arte, en el artículo Mujer.
  7. Traza, disposición o aptitud. También se usa con los adjetivos buen o mal antepuestos.
  8. Aparato para pescar. También se usa como masculino en plural.
  9. Véase Copla de arte mayor, en el artículo Copla.
  10. Véase Verso de arte menor, en el artículo Verso.
  11. [español antiguo] Libro en que se hallan reunidos los preceptos de la gramática latina.
  12. Provincia Mancha. Noria, rueda para sacar agua.
  13. [plural] Lógica, física y metafísica. Curso de artes.
  14. Véase Licencia de artes, en el artículo Licencia.
  15. Véase Bachiller, maestro en artes, en los artículos Bachiller y Maestro.

§ Arte agrícola. Se dice de la agricultura o arte de cultivar la tierra.

§ Arte angélico, o de los espíritus. Medio por el que, supersticiosamente, se suponía que con el auxilio del ángel de la guarda o de otro ángel bueno podía el hombre adquirir la sabiduría por infusión.

§ Arte bella, o noble. La que tiene por objeto expresar la belleza. También se usa como masculino en plural. con el calificativo antepuesto y refiriéndose ordinariamente a la música, la pintura, la poesía, la escultura y la arquitectura.

§ Arte blanca. Arte de hacer pan.

§ Arte cisoria. La de trinchar.

§ Arte comprensiya. Nombre que también se ha dado a la poesía.

§ Arte cosmatesca, o cosmátíca. [bellas artes] Expresión con que modernamente se ha designado el estilo y la labor de los artífices que trabajaron en Roma y el Lacio entre los siglos XII y XIV, especialmente dedicados a la decoración en rnármol y mosaico.

§ Arte cristiano. [bellas artes] Arte producido por los cristianos, especialmente el de los primeros siglos del cristianismo.

§ Arte culinario. El de confeccionar alimentos, y, con carácter más general, el de la cocina.

§ Arte decorativa. Arte aplicada a la decoración: la pintura o la escultura en cuanto no crean obras independientes, sino subordinadas al embellecimiento, de edificios.

§ Arte de día. [marina] Arte de pesca semejante al boliche.

§ Arte de maestría mayor. Artificio rítmico usado en tiempo antiguo, consistente en repetir los mismos consonantes en todas las copias o estrofas de una composición.

§ Arte de maestría media. El mismo artificio, del que sólo se diferencia en que se puede variar una rima en cada copla o estrofa.

§ Arte de maestría menor. Artificio rítmico usado antiguamente, consistente en emplear un mismo consonante en todas las estrofas de una composicion, pero variando una rima en cada estrofa.

§ Arte de pesca. [marina] Conjunto de redes, de muy variadas formas y tamaños, que se emplean en los lances de pesca para la captura de diversas clases de peces. Según su forma, disposición y empleo, se clasifican en: Artes de cerco, cuando el pescador busca las especies apetecidas en las zonas por ellas frecuentadas, rodeándolas con la red, entre cuyos paños infranqueables quedan aprisionadas: tales son la mamparra, traíña, jareta y tarraja. Artes de copo, o redes en forma de bolsa, con los paños centrales más reforzados que el resto, y dos piezas laterales o pernadas que se llevan a remolque de la embarcacion, arrastrando el arte por el fondo, o simplemente, medio sumergido, y de las que son ejemplo el boliche, la jábega, la baca, etc., llamadas también Artes de arrastre; los Artes de deriva, como el jeito o sardinal, en que las redes, sostenidas a flote como un telón por medio de corchos cosidos a la relinga superior, derivan a merced del arrastre producido por las corrientes o el viento, y entre cuyas mallas quedan aprisionados los peces que intentan atravesarlas; y los Artes fijos, de redes que se sujetan al fondo con anclotes y rezones a cierta distancia de la superficie y no cambian de posición una vez caladas. Entre estas últimas figuran los trasmallos, corrales, cercotes, almadrabas, y otras.

§ Arte de port de retg. [marina] Arte de pesca, de arrastre, análogo a la jábega.

§ Arte de San Anselmo. Antigua superstición por la que bastaba tocar los vendajes que cubrían una herida para que ésta quedara curada.

§ Arte grande, o gran arte. Nombre que se daba antiguamente a la alquimia.

§ Arte heráldica. Blasón, arte de explicar y describir los escudos de armas.

§ Arte liberal. Cualquiera de las que principalmente requieren el ejercicio del entendimiento. (También se usa como masculino en plural) Los antiguos denominaban Artes liberales a las que el hombre podía ejercer sin mengua de su dignidad, por oposición a las Artes manuales, consideradas como inferiores.

Estaban al principio incluidas en ellas la Gramática, la Retórica, la Dialéctica y la Geometría. Más tarde se les adiciono la Música, la Aritmética y la Astronomía. Luego la Filosofía, la Teología, la Medicina y la Pintura. Y, por último, la Arquitectura y la Escultura. Por su complejidad y número las dividían, en Artes de la inteligencia y Artes de la forma.

§ Arte mágica. Magia.

§ Arte marcial. [deportes] Cada una de las técnicas de combate que se incluyen en el budo japonés.

§ Arte mecánica servil, o manual. Cualquiera de las que principalmente requieren el trabajo manual o el uso de máquinas.

§ Arte metálica. Metálica, metalurgia.

§ Arte métrica. Métrica.

§ Arte militar. [militar] El de todo lo que corresponde a la guerra. Comprende el conjunto de principios o conocimientos necesarios pera crear, organizar, sostener, perfeccionar, mover y batirse los ejércitos.

§ Arte moderno, o nuevo. Nombre que se dio al movimiento de Arte decorativo, manifestado en Europa a partir de 1892.

§ Arte mudo. Nombre que solía darse al cinematógrafo antes de la aparición del cine sonoro.

§ Arte náutica. [marina] Náutica, ciencia o arte de navegar.

§ Arte notoria. Medio por el que, supersticiosamente, se suponía que con ayunos, confesiones y otras ceremonias podía el hombre adquirir la sabiduría por infusión.

§ Arte oratoria. Oratoria, arte de hablar con elocuencia.

§ Arte plumaria. La de bordar o recamar representando aves o plumas con sus colores. Se distinguieron en él varios pueblos de Oriente.

§ Arte poética. Poética, tratado de los principios y reglas de la poesía.

§ Arte sacerdotal, o sagrado. Así se denominaba la ciencia mágica de los egipcios, denominada después filosofía hermética.

§ Arte suntuaria. En las artes decorativas o industriales se da este nombre especialmente a las artes lujosas, como las de la habitación, mueble, traje, etc.

§ Arte taurino, o tauromáquico. Tauromaquia. arte de lidiar los toros.

§ Arte tormentaria. Artillería, arte de construir, conservar y usar todas las armas de guerra.

§ Artes científicas. Denomínase así una de las tres ramas en que los enciclopedistas del siglo XVIII dividían el arte, y que era la que respondía a las necesidades del espíritu. Las otras dos eran las artes mecánicas, que respondían a las necesidades naturales, y las artes liberales, o bellas artes, destinadas a satisfacer las necesidades del sentimiento.

§ Artes de adorno. Se denominaban así las artes, cuando se aprenden como recreo o para adornar la educación, el baile, la música, la esgrima, etcétera.

§ Artes decorativas, industriales, o aplicadas. Se denominan así aquellas artes aplicadas a la industria en que se combina la belleza con la utilidad de los objetos producidos, como la cerámica, la tapicería, la forja, los esmaltes la vidriería, la ebanistería, etc., dándose por su lujo a algunas de estas artes el nombre especial de artes suntuarias.

§ Artes de la forma. Véase Artes liberales.

§ Artes de la inteligencia. Las artes liberales.

§ Artes del sentimiento. Nombre que también se dio a las Bellas Artes, porque en ellas se atiende a la belleza antes que a la utilidad, y que aplicadas a la industria constituyen las artes decoralivas, o industriales, en las que la utilidad es la base.

§ Artes gráficas. Las que conciernen a la imprenta y a la ilustración del libro.

§ Artes imitativas. Grupo en que algunos incluyen la pintura y la escultura, por contraposición a la música, a la elocuencia, a la danza y al drama, incluidos por ellos en las artes plásticas.

§ Artes mayores y menores. En la antigua república florentina se denominaban así dos grupos de gremios, clasificados según su importancia. El primer grupo, integrado por siete gremios, formaba la alta burguesía, el pueblo gordo; el segundo, integrado por catorce, de pequeños oficios, eran el pueblo flaco.

§ Arfes plástícas. Los griegos denominaban plástica a la escultura. Luego se dio este nombre a la representación material y sensible de toda forma, o como genérico a las artes del dibujo. Después se hicieron diversas clasificaciones; mientras unos incluían en ellas solamente a la pintura y la escultura, otros incluyeron en ellas la danza, la música, el drama y la elocuencia. En general, dícese de todas las artes que engendran la forma, es decir, las artes del dibujo, y en particular las que se manifiestan por el relieve.

§ Artes útiles. Clasificación en que se reunieron las artes científicas y las artes mecánicas.

§ Bellas Artes. Conjunto de las artes bellas: música, pintura, poesía, escultura y arquitectura.

§ Las siete artes liberales. Denominación adoptada por la Escuela de Alejandría, con la cual designaba las materias que constituían la enseñanza clásica, y que eran: gramática, retorica, filosofía, aritmética, música, geometría y astronomía.

§ Séptimo arte. Nombre que suele darse a la cinematografía. Fue empleado por vez primera por el crítico italiano Ricciotto Canudo en su obra Manifeste des sept arts (1911).

§ De arte que. [locución adverbial] [español antiguo] De suerte que.

§ De mal arte. [locución adverbial] En mala disposición, en mal estado.

§ El arte por el arte. Expresión con que se indica que se cultiva el arte por placer, sin esperar de él ningún provecho pecunario, y por extensión se aplica a hacer una cosa desinteresadamente, por el placer de hacerla.

§ Malas artes. Medios o procedimientos reprobables de que se vale uno para lograr algún fin.

§ Por arte de birlibirloque, o de encantamiento, [locución] [informal] Por medios ocultos y extraordinarios.

§ Por arte del diablo, [expresión] [sentido figurado] Por medios que parecen fuera del orden natural.

§ No ser, o no tener, arte ni parte en alguna cosa. Frase que significa: No intervenir en ella de ninguna manera. [definición académica].


arte

Evolución del concepto del Arte. —Presenta gran dificultad definir el concepto de Arte de una manera absoluta; por ello, aunque haya estado presente en la mente del hombre desde los tiempos más remotos, siempre se ha revestido de formas más o menos confusas. Desde el s. XVII predomino la idea de que su materia propia era la belleza, que se conservo inalterable hasta el siglo XIX.

En ese siglo, prodigo en inquietudes y descubrimientos, se inicio el movimiento que había de conducir a las concepciones modernas del Arte. Se han formulado numerosas teorías para definir la esencia del Arte, que pueden ser de tendencia subjetiva u objetiva, según partan de los sentimientos del hombre o del análisis de la obra artística considerada en sí misma. Entre las primera destaca la fisiológica de Grant Allen (siglo XIX) basada en el placer y el dolor (hedonismo).

El dolor se produce por una lesión en los tejidos nerviosos o excitaciones impropias o excesivas; el placer, por la actividad normal de los órganos corporales y por la actividad nerviosa, mientras no rebase ciertos lírnites.

La intensidad del placer es directamente proporcional al número de fibras afectadas e inversa a la frecuencia natural de la excitación (1o habitual deja indiferente). Esta teoría explica el funcionamiento físico de la persona sometida a la actividad artística, pero no el Arte mismo, que no siempre es placentero ni necesariamente bello. El inglés James Sully, el americano H. R. Marshall, el francés J. [masculino] Guyau y el italiano [masculino] Porena, intentaron en vano salvar esta doctrina depurándola y elevándola al campo de la Psicología. Ciertas coincidencias, más aparentes que reales, indujeron a varios pensadores a creer que Arte y juego son de la misma naturaleza. Partieron de unas palabras de la Crítica del Juicio de Kant, desarrolladas por Schiller, que consideró el Arte como una variedad del juego (Spieltrieb) capaz de armonizar los instintintos inferiores con los valores racionales y morales, que supone siempre divorciados fuera del campo artístico, lo que es un error evidente. Otro alemán, K. Lange, considero el Arte como un juego superior de adultos desprovisto de todo interés práctico y sin fin de ninguna clase fuera de sí mismo. Es evidente que algo de esto ocurre en la actividad artística, pero Lange olvidó el fin mágico y económicosocial del arte prehistórico y el religioso de la Edad Media, para citar casos característicos. Lo mismo puede decirse de las doctrinas psicoanalíticas, que han visto en el Arte un procedimiento para liberarse de contenidos angustiosos de las profundidades de la mente, sin herir los principios morales y sociales del creador y del contemplador. H. Delacroix, R. Müller-Freienfels, G. T. Fechner, T. Ziechen y otros, partieron de diversos aspectos de la Psicología, generalmente experimentales, sin conseguir adelantar en la solución del complicado problema. Lo mismo les ha ocurrido a los representantes de la éscuela fenomenologista germánica, que cayeron en una especie de vacía superstición de la intuición, muy particular y casi mística. Las teorías de la Täuschung (ilusión) y la schein (apariencia), o de la Einfühlung, palabra alemana casi intraducible, construyeron verdaderos castillos de ideas sumamente ingeniosas sin resolver nada.

Para otros pensadores modernos el Arte consiste en la expresión (Benedetto Croce), o en el "sentimiento en sí" (Giovanni Gentile). Las teorías Objetivistas son menos numerosas; se reducen a cuatro fundamentales: la Kunstwissenschaft (Ciencia del Arte en alemán), la leería de la Naturaleza, la sociológica y la de la forma. La primera tuvo su precursor en H. Taine, su verdadero fundador en G. Senper, y grandes mantenedores en K. Fiedler, E. Grosse, E. Witz y [masculino] Dossoir.

Esencialmente consideran el Arte como el resultado del ambiente geográfico, las condiciones de vida y otros factores ambientales que, según ellos, dejan poquísima libertad de acción al artista, y así, el Arte se convierte en una especie de planta con vida propia que produce frutos diferentes según el clima en que se cultiva.

Esta posición resulta exagerada, porque si es cierto que el medio influye en el Arte, también lo es que no es factor determinante hasta el extremo de afectar lo profundo de su esencia. El inglés John Ruskin fue durante el siglo pasado el más característico representante de la teoría de la Naturaleza. Poeta de brillante y romántica exaltación, escritor de páginas bellísimas, se dejó arrastrar por el entusiasmo ochocentista por las Ciencias Naturales e incluyó en cierto modo el Arte en ellas, considerándolo como una "feliz realización de las funciones en las cosas animadas" y "el gozo y justo ejercicio de la vida en el hombre".

Las investigaciones sociológicas tampoco han producido grandes avances en el conocimiento del concepto del Arte, aunque sus mejores representantes (Hirn, Llevellyn Smith, H. A. Needhan, Lalo) hayan demostrado, la intensa relación entre Arte y sociedad, y su valor como medio expresivo sincero y directo, que no debe confundirse con la definición filosófica del hecho artístico. Las teorías formalistas arrancan de la crítica del Juicio de Kant, desarrollada por ingeniosos tratadistas (Souriau, R. Fry, Clive Bell, K. Koffka), que identifican Arte y forma, el primero como seleccionador y ordenador de la segunda. El formalismo ha estado presente en el pensamiento humano desde que comenzó la reflexión sobre el Arte, y la forma es inseparable de la plástica porque es su manera imprescindible de expresión, de transmisión y de existencia material. Sin embargo, por importante que sea, es un medio que no puede confundirse con el principio ni con el fin del Arte. La forma encarna o sugiere algo, pero en sí misma es un cuerpo sin alma, y el Arte es algo más que forma pura. Hoy apunta una posible solución, o al menos aproximación, gracias a la Axiologia o doctrina de los valores. Éstos son esencias de muy diferentes especies (valores morales, religiosos, etc.), organizados sobre una base positiva (bueno, bello) y su correspondiente negación (malo, feo), con escala ascendente y descendente (bonito, bello, sublime).

Los valores son intangibles y universales, pero se manifiestan en seres, cosas o acciones que los reflejan, y que se llaman bienes (un acto caritativo es un bien moral; una escultura es un bien estético).

El hombre no puede explicarse los valores, pero los intuye gracias a su naturaleza espiritual y tiende a reflejarlos en acciones y objetos. La intuición de los valores estéticos tiene por consecuencia la realización de la obra artística, que a su vez puede servir de medio de expresión de muy diversos contenidos amímicos, o servir indirectamente a otro fin (religioso, político, mágico).

Por lo tanto, el Arte sería el proceso de intuición de un valor estético por el artista creador, su expresión material en la obra que realiza, su transmisión a través de ella al contemplador, y la reconstitución por éste de la idea del artista. Esto corrige el difundido error de que el Arte sólo se ocupa de la belleza, cuando en realidad puede reflejat cualquier otro valor, como lo demuestran los bufones de Velâzquez o las tétricas visiones de Goya, que exaltan la fealdad sin dejar por ello de ser obras maravillosas del Arte de todos los tiempos. Nuestro concepto del Arte está cargado de historicismo, solemos verlo por el prisma de esa maravillosa disciplina que es la historia del Arte. Pero esta dimensión histórica es muy diferente de la que presentan otras ciencias. La Arqueología, por ejemplo, nos presenta civilizaciones vivas en otro tiempo, pero ya completamente canceladas; el conocimiento perfecto de una lámpara romana no da actualidad ni vigencia a este objeto, al contrario, asegura que está definitivamente muerto. En cambio, el Arte no muere; salvo los detalles de indumentaria y las variaciones de la moda, de esas grandes modas que en la Historia del Arte se llaman estilos, el mensaje de las obras sigue estando presente y vivo si se sabe ver.

La Historia trata de lo que pasó, el Arte abarca también lo que está ocurriendo, es decir que vive constantemente en el pasado y en el presente. Su formación fue compleja y, hasta el siglo XVIII, paralela a la que originó la Arqueología. También en Arte hay que llegar a Winckelmann para hallar los principios de su fundamentación científica, juntamente con la ciencia arqueológica, de la que fue inseparable en tiempos anteriores. A los datos que revelan preocupaciones por la Arqueología en las edades Antigua y Media, válidos también para el Arte, al menos en parte, hay que añadir escritos de técnicas (como el Tratado de la pintura de Cennino Cennini), que se multiplican a partir del Renacimiento (Brunelleschi, Leonardo de Vinci, Alberti), recopilaciones de vidas de artistas (G. Vasari, Van Marle), cartas y todo género de documentos directa e indirecta|mente relacionados con las obras o sus creadores y que frecuentemente se refieren al carácter del Arte, la formación y prolificación de los Museos y grandes colecciones, y la creación de las Academias, que son instituciones de personas que se consideran aptas para estudiar, fijar y enseñar los principios teóricos y prácticos del Arte, bien como creación o como erudición. Con su intuición genial, aunque todavía prematura e imperfecta, Winckelmann dotó a la Historia del Arte de su verdadero carácter al sacar consecuencias de las obras, es decir, al criticarlas. Sin crítica no hay comprensión del Arte, pero téngase en cuenta que esta crítica no es la vulgar, la de un hombre que da su opinión, más o menos acertada y fundamentada.

La crítica artística es el análisis profundo de todo lo que se oculta tras las formas visibles, desde la composición hasta el contenido emocional, las relaciones con la época en que fue creada, etc., todo debidamente sistematizado con arreglo a unas normas en las que volvemos a encontrar sistemas y opiniones muy diferentes según las épocas y escuelas.

Por deficiente que sea, sin crítica no hay Historia del Arte ni comprensión del Arte, que puede ser todo menos la fría observación superficial de un objeto o un catálogo de los producidos en el pasado. Durante casi todo el siglo XIX la Historial del Arte permaneció unida al pensamiento historicista en general, destacando las personalidades de Schlegel, Johan Dominicus, Wackenroder, Hegel, Lanzi y otros, que realizaron una labor espléndida, aunque demasiado ligada a un concepto que no es estrictamente artístico, La etapa siguiente fue la del cientifismo y el positivismo naturalista, en que los investigadores se dejaron arrastrar por el prestigio de las Ciencias puras, físicas y naturales, y copiaron en lo posible su método. [femenino] Kugler y A.

Springer fueron dos típicos representantes, que posibilitaron la obra de Taine. Evidentemente el Arte no puede estudiarse desde un punto de vista absolutamente material, como una ley física o un pedazo de mineral. Se imponía la reacción y la revisión, que comenzó con los trabajos de Dilthey, surgiendo así la tendencia llamada culturalista, que al filo de 1900 se diversificó en numerosas y fructíferas ramas. Partieron de la base de que a Kant se le había olvidado en sus tres críticas lo que podría llamarse la vida de la Historia, la filosofía de la cultura, cuyas leyes fue preciso buscar en ellas mismas, con exclusión de toda copia o préstamo de ciencias no culturales, como sustantivo había hecho en la etapa anterior. Windelband, Rickert y otros realizaron loables esfuerzos, una vez más limitados a principios dogmáticos, que fueron substituidos por las teorías formalistas de Riegl y Wolfflin, y por las que analizan el Arte dentro de la Psicología de la Historia, representadas por Dvorak, Spengler y Panosfky.

El Arte utiliza en su tarea investigadora una serie de métodos muy complejos, en gran parte prestados por otras ciencias. En primer lugar el histórico de análisis de documentos y toda clase de escritos, imprescindibles para situar a obras y artistas en su momento y relaciones precisas. Igualmente recurre a los procedimientos arqueológicos cuando el período que estudia no tiene carácter histórico o son insuficientes los métodos anteriores. Las ciencias filosóficas, particularmente la Psicología y la Estética, son auxiliares indispensables. Sin embargo, no deben confundirse estos procedimientos y disciplinas con el verdadero Arte, pues todos ellos preparan en realidad los caminos del Arte, al que suministran datos y procedimientos de juicio, que sirven luego de base de elaboración artística. Hay otros métodos más propiamente artísticos, como son los especializados en la determinación de estilos, escuelas, autores, épocas y otros detalles muy interesantes. Generalmente parten del análisis detallado de las características de las piezas conocidas y su aplicación a otras dudosas. Este sistema, que hizo famoso el nombre de Morelli, es el favorito de los llamados "conocedores" (aficionados, coleccionistas, anticuarios, personal técnico de museos).

Ha alcanzado tantos éxitos como escandalosos fracasos, y en último término tiene cierto carácter arqueológico tan útil como poco artístico. Sin despreciar todos estos métodos, que son auxilios preciosos e imprescindibles, el verdaderamente artístico es el crítico en el sentido profundo antes definido.

Cuando el investigador dispone de todos los datos necesarios, procurados por los procedimientos que sea, debe penetrar en la esencia profunda de la obra para llegar al espíritu de su creador y comprender su mensaje, que en último término es la verdadera esencia del Arte, la que une los sentimientos de los hombres a través del tiempo y del espacio, y los relaciona con un incógnito más allá espiritual. Es en suma, escuchar ese lenguaje sin sonidos, esas "voces del silencio" que Malraux ha definido magistralmente. En cuanto a las fuentes del Arte, consisten para el creador en el mundo que le rodea y en sus propias intuiciones; para el historiador y el crítico, se hallan ante todo en las obras mismas y luego en los documentos, excavaciones, museos, colecciones, escritos, etc. caso semejante al de la Arqueología. Por sus complejos aspectos teóricos y prácticos, activos y pasivos, la preparación artística se realiza en un doble sentido; academias y escuelas destinadas a la formación de los artistas, y estudios conducentes a la preparación de historiadores y críticos, ligados generalmente a las Universidades y, en algunos países, a centros especiales de docencia y perfeccionamiento, como Institutos de Arte, museos, etc.


 


Enciclopedia



Arté

(Rafael Ildefonso). [biografía] Músico español nacido en Cataluña. Vivió algún tiempo en Puerto Rico y pasó a Santo Domingo hacia 1780. En Santiago de los Caballeros fundó la primera Banda Municipal. Poseía extensos conocimientos musicales y había dirigido algunas editoriales de París. Su hijo Emilio, músico también de gran valía, fue el primer dominicano virtuoso de la guitarra.




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Uso en libros (hasta 1923)

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Uso en Wiktionary

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